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Un proyecto innovador español en la Antártida investigará fugas de metano que contribuyen al cambio climático

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MADRID, 7 (EUROPA PRESS)

Un equipo científico español, liderado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), viajarán este miércoles a la Antártida para buscar y caracterizar fugas de gas metano en el Océano Austral, según ha informado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El proyecto ICEFLAME contará con la participación de 26 personas a bordo del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa. El equipo completo embarcará el 12 de enero y permanecerá a bordo hasta el 8 de febrero. Durante estos 24 días, recogerá datos del fondo oceánico utilizando sondas sísmicas y muestras de sedimento, a profundidades que van desde los 500 hasta los 4.000 metros, para localizar posibles fugas de metano.

El metano es un gas de efecto invernadero que genera entre 20 y 40 veces más calentamiento global que el dióxido de carbono (CO2). Se acumuló por última vez de forma masiva en el fondo marino antártico, en forma de metano helado (hidratos de metano) durante el último periodo glaciar, hace 20.000 años. Las fugas que va a investigar el equipo español están vinculadas a la manera en la que responden los depósitos de gas metano en estado sólido al retroceso de los glaciares.

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Se sabe que la pérdida de masa de hielo en el continente provoca un levantamiento del suelo. En la zona marina, las fugas de gas se ven facilitadas por una disminución de la profundidad, y por tanto una reducción de la presión efectiva sobre el fondo. Tal y como explica el CSIC, esto podría afectar la estabilidad del fondo (riesgos geológicos) y tener repercusiones en el clima global.

Los hidratos de metano son sólidos cristalinos de aspecto similar al hielo (metano helado) que se forman a altas presiones y a bajas temperaturas, unas condiciones comunes a más de 300 metros bajo el nivel del mar en zonas polares. Desde ICEFLAME, señalan que estas condiciones los hacen muy vulnerables a los cambios asociados al calentamiento global, que eleva la temperatura del océano y provoca el levantamiento del fondo marino, reduciendo así la presión.

Al margen de su impacto en el calentamiento global, estos hidratos también afectan la estabilidad de los sedimentos marinos, hasta el punto de que puede causar explosiones y grandes deslizamientos del fondo, un riesgo geológico con potencial de generar tsunamis.

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En este marco, Roger Urgeles (ICM-CSIC) y Ricardo León (IGME-CSIC) ambos geólogos e investigadores principales del proyecto, han destacado la importancia de ICEFLAME. Así, han estimado que hay unas 24 gigatoneladas de carbono acumuladas en los hidratos de metano, “lo que equivale a las emisiones de CO2 de origen humano durante dos años en todo el planeta”. “Se desconoce su estado, no sabemos si el metano helado, sólido, se está transformando en gas metano. Esto es lo que queremos averiguar en esta campaña antártica”, han dicho.

Por su parte, León ha añadido que con los resultados de este proyecto no sólo quieren ayudar a la ciencia climática, sino también a la comprensión de los riesgos geológicos y ambientales asociados “con unos depósitos que se sabe que existen pero sobre los que nadie ha investigado su estabilidad”.


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