MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
Un tribunal de Kenia ha ordenado la liberación bajo fianza de un famoso telepredicador tras comparecer en relación con la muerte de más de un centenar de personas a manos de una secta cristiana que abogaba por ayunar hasta la muerte para “conocer a Jesucristo”, sucesos que han derivado en la detención del líder de la Iglesia Internacional de las Buenas Noticias y han provocado un escándalo en el país africano.
El telepredicador, Ezekiel Odero, está siendo investigado por supuesto asesinato, asistencia al suicidio, secuestro y blanqueo de dinero, si bien el tribunal ha indicado que la Fiscalía no ha presentado pruebas que respalden su petición sobre la necesidad de que siga bajo custodia mientras continúan las pesquisas, según ha recogido el diario keniano ‘The Nation’.
Así, Odero ha sido liberado tras el pago de una fianza de tres millones de chelines kenianos (alrededor de 19.930 euros), si bien tendrá que comparecer una vez a la semana ante una comisaría y se le ha prohibido hacer comentarios públicos sobre el caso.
El telepredicador evangelista admitió la semana pasada ante la Policía que 15 de sus seguidores murieron durante sus “intervenciones espirituales” en su centro religioso de Malindi, el mismo municipio donde las fuerzas de seguridad kenianas han hallado en los últimos días más de un centenar de cuerpos en fosas comunes situadas en terrenos de la citada secta, encabezada por Paul Mackenzie.
Odero señaló que las muertes de sus seguidores tuvieron lugar durante el año que ha llevado abierto en Malindi su Centro de Oración e Iglesia para una Nueva Vida –cerrado por las autoridades kenianas en el marco de las pesquisas–, si bien sus abogados matizaron que los fallecidos ya se encontraban “en estado crítico” cuando llegaron al centro religioso. “Cuando esta gente muere, la Policía es informada de sus fallecimientos”, aseguraron.
Por su parte, Mackenzie fue arrestado nuevamente el martes, minutos después de que un tribunal ordenara su liberación tras cerrarse el caso de cara a su imputación por terrorismo, una decisión aplaudida por familias de las víctimas y organizaciones de la sociedad civil. Las primeras autopsias a cadáveres hallados en fosas comunes en unos terrenos utilizados por la secta en una zona boscosa en Shakahola, en el condado keniano de Kilifi, han confirmado que las víctimas murieron de hambre, aunque algunas fueron asfixiadas.
Las autoridades de Kenia han recuperado por el momento los cuerpos sin vida de 110 personas en estos terrenos, si bien los trabajos continúan en el área, por lo que no se descarta que la cifra siga aumentando. Los principales líderes de la secta instaron a los adeptos a practicar el ayuno hasta la muerte bajo la promesa de que se encontrarán con Jesucristo en una nueva vida.
El presidente de Kenia, William Ruto, ha tildado a Mackenzie de ser un “terrible criminal”, mientras que la Cruz Roja de Kenia ha iniciado trabajos para intentar localizar a cerca de 210 personas –entre ellas unos 110 menores de edad– que han sido dadas por desaparecidas en relación con las actividades de la secta.
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