MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Alrededor del 50 por ciento de los menores señala que “tener un buen físico” ayuda a ser más aceptado socialmente, el 63 por ciento afirma sentirse bastante o muy satisfecho con su cuerpo, y un 12 por ciento está frustrado o ansioso por no poder alcanzar la imagen que transmiten los influencers, según el informe realizado por Fundación MAPFRE y la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
El principal objetivo de esta investigación, resultado de una encuesta realizada en España a 1.055 menores de entre 11 y 17 años, es conocer el impacto que tienen en este público los contenidos de marca publicados por influencers en redes sociales y plataformas de streaming (YouTube, Instagram, TikTok y Twitch), e identificar cómo afectan a sus hábitos de alimentación y percepción de su aspecto físico.
Así, la investigadora principal del estudio ‘Digital FIT: Influencia de las redes sociales en la alimentación y en el aspecto físico de los menores’, Beatriz Feijoó, ha apuntado que el 28 por ciento siente que un cuerpo bello es un cuerpo “delgado y tonificado”. “El 14 por ciento siente que no está a la altura cuando recibe impactos de publicidad de mano de los influencers”, ha apuntado.
SATISFACCIÓN CORPORAL, ALIMENTACIÓN Y EJERCICIO FÍSICO
El 50 por ciento de las menores encuestadas y el 52 por ciento en el caso de ellos percibe que el éxito social y un buen aspecto físico contribuye mucho o bastante a relacionarse con amigos, a ser aceptado y a gustar más.
Ante la pregunta de si están a gusto con su cuerpo y aspecto físico, más del 63 por ciento de los participantes afirmó sentirse bastante o muy satisfecho, aunque un 12,5 por ciento de las chicas y un 8,8 por ciento de los chicos señalaron sentirse nada o poco conformes con su apariencia.
Por otro lado, según el informe, los adolescentes también están de acuerdo con la relación entre alimentación y cuerpo saludable, si bien la mayoría no lo llevan a la práctica.
“Alrededor del 75-80 por ciento de los encuestados señalaron que para mantener un cuerpo saludable deben cuidar su alimentación mucho o bastante. Sin embargo, al preguntarle si ponían en práctica lo que decían, alrededor del 75 por ciento de la muestra reconoció cuidar su alimentación poco o ni mucho ni poco, con lo cual, pese a entender la relación comida y cuerpo sano, no necesariamente quiere decir que ellos lo pongan en práctica”, ha resumido Feijóo.
En cuanto al ejercicio físico, aproximadamente la mitad de la muestra (el 45% de las menores y el 51% en el caso de ellos) indica que está bastante de acuerdo con que para mantener un cuerpo saludable se debe aumentar el ejercicio físico.
Sin embargo, hay una clara diferencia a la hora de practicar deporte: el 54,7 por ciento de los chicos ha indicado que se ejercita bastante o mucho, frente al 36,3 por ciento de ellas.
Respecto a la publicidad sobre el cuidado del cuerpo que reciben los menores con mayor frecuencia es, en un 48,7 por ciento la moda, seguida de la cosmética y belleza (33,1%) y el fitness y el gimnasio (23,2%). Destaca que el 13,5 por ciento recibe publicidad de procedimientos estéticos.
“Es especialmente relevante la presencia de presión publicitaria, de productos y servicios de fitness y gimnasios y de procedimientos de estética. Estamos hablando de menores de edad y estamos hablando de contenidos publicitarios”, ha advertido la investigadora.
RECOMENDACIONES
El informe plantea una serie de recomendaciones tanto para las plataformas, marcas y creadores de contenidos como para las familias y educadores. Entre otros, para mejorar la experiencia de los menores cuando se enfrentan a este tipo de contenidos.
Para plataformas, marcas, creadores de contenido y legisladores de políticas públicas, los creadores del documento aconsejan: señalizar de manera explícita la naturaleza comercial de las colaboraciones con el fin de que los menores identifiquen el contenido como pagado; implementar políticas propias en las plataformas para combatir la propagación de contenidos que vulneren a los menores, además de compartir información sobre los algoritmos y los efectos de las redes y los influencers; y crear y cumplir con políticas que prioricen contenidos enfocados en la salud mental y física de los usuarios.
Para familias, educadores, academias y organizaciones sin fines de lucro, sugieren: escuchar qué influencers siguen los menores, qué tipo de contenido les interesa, y comentar noticias y casos en casa y en la escuela. También se aconseja fomentar espacios para programas de alfabetización mediática y publicitaria; concienciar sobre toda la producción y edición que puede tener una foto publicada por influencers y enseñar a contrastar y verificar con otras fuentes la información que ven; señalar la relevancia de consultar a profesionales de la salud para cuidarse, y dar la misma importancia a la salud mental y física del menor.
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