MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
Un grupo de manifestantes han empezado a acampar frente a la sede del Consejo Judicial Supremo en la Zona Verde de la capital de Irak, Bagdad, donde se encuentran la mayor parte de las embajadas y sedes del Gobierno iraquí.
Tras registrarse las sentadas de los manifestantes ‘sadristas’, que piden la disolución del Parlamento iraquí, el consejo, así como los tribunales afiliados y el tribunal federal, han decidido “suspender sus funciones”, según ha recogido la agencia de noticias iraquí INA.
En un comunicado, el Consejo Judicial Supremo asegura que las protestas son “comportamientos inconstitucionales e ilegales”, por lo que ha decidido suspender su actividad durante la jornada, según ha recogido el portal de noticias Shafaq News.
Los grupos proiraníes, aglutinados en el llamado Marco de Coordinación, se han estado concentrando en las últimas semanas en las regiones centro y sur de Irak, particularmente en la Zona Verde de la capital.
Los manifestantes llevan carteles pidiendo disolver el parlamento iraquí, tal y como demanda el poderoso clérigo y vencedor de las elecciones, Muqtada al Sadr, quien ha pedido a sus cientos de miles de seguidores que se comporten de forma pacífica durante las protestas.
Al Sadr ha denunciado que todos sus intentos para formar gobierno han fracasado ante la insistencia de sus rivales en convocar un gobierno de consenso en lugar de respetar el reparto de escaños tras las elecciones, que terminaron con la derrota de los partidos respaldados por Irán, claves en el equilibrio político del país.
Las últimas parlamentarias, de carácter anticipado, fueron convocadas tras la grave crisis política en la que se vio sumido el país tras las masivas movilizaciones registradas en 2019, que forzaron la dimisión del Gobierno y la aprobación de una nueva legislación electoral.
Las protestas, que estallaron en octubre de 2019 y se saldaron con más de 550 muertos –según el balance oficial facilitado en julio de 2020–, supusieron una nueva muestra del desencanto de la población con la clase política ante los numerosos casos de corrupción, el mal estado de los servicios públicos y la crisis económica imperante en Irak.
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