Alertan de que la baja retribución puede poner en riesgo la seguridad de los pacientes
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Más de una decena de sociedades científicas han publicado el ‘Manifiesto Dignifica’ en el que denuncian la escasa remuneración de los profesionales sanitarios en la sanidad privada, en baremos de los años 90, y alertan de que la baja retribución que obtiene el médico por acto clínico o quirúrgico puede poner en riesgo la seguridad de los pacientes.
En España, la práctica de la medicina privada representa el 3,1 por ciento del PIB, más de 60.000 médicos desarrollan su actividad en ella y más del 95 por ciento de los facultativos que ejercen en ella son autónomos. “Muchos de ellos trabajan con las compañías aseguradoras y grupos hospitalarios que dominan esta actividad económica y cuentan con más de 11 millones de personas aseguradas”, advierten.
Mientras, “en la mayoría de los casos”, los médicos especialistas de las principales aseguradoras reciben una contraprestación económica bruta entre los 7 y los 15 euros por acto en consulta ambulatoria; en tanto que, para las cirugías, los precios también están muy por debajo del valor estimado.
“El precio que se paga al médico por acto clínico o quirúrgico lleva congelado desde hace 30 años y está muy por debajo de la cantidad que se paga en los países de nuestro entorno, lo que puede conducir a una fuga de talento”, explican.
El manifiesto esta firmado por la Sociedad Española de Patología Digestiva, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, la Academia Española de Dermatología y Venereología, la Sociedad Española de Anatomía Patológica, la Sociedad Española de Angiología y Cirugía vascular, la Asociación Española de Urología, la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial y de Cabeza y Cuello, la Sociedad Española de Columna Vertebral, la Sociedad Española de Cirugía Cardiovascular y Endovascular, la Sociedad Española de Neurología, la Sociedad Española de Neurocirugía, la Sociedad Española de Oncología Radioterápica, la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental y la de Sociedad Española de Reumatología.
Estas sociedades han mantenido distintas reuniones con la Dirección General de Seguros “en aras de tratar de paliar, de una forma razonada, esta situación”, sin embargo, afirman que “a pesar de haber mostrado empatía y haberse comprometido a analizar la situación para dar una respuesta, esta no ha llegado en más de dos años de conversaciones y reuniones”.
Los integrantes del ‘Manifiesto Dignifica’, preocupados por la situación, han encargado un estudio a una consultora independiente que estimó el pago por consulta en una horquilla entre 40 y 60 euros. Un precio que consideran “razonable” y “muy alejado” del importe que reciben los médicos de la sanidad privada en la actualidad.
Los profesionales advierten que ellos solo piden sentarse a negociar con las compañías aseguradoras, “para que no se dé una situación que ponga en riesgo la seguridad de los pacientes y se devalúen, más todavía, las condiciones de precariedad laboral del personal sanitario que ejerce en la Medicina privada”.
“La actividad médica privada está intermediada no por uno, sino por varios agentes que hacen que el dinero que llegue finalmente al médico, tras realizar su actividad, sea todavía menor. Estos agentes son por una parte las compañías aseguradoras, quienes se aprovechan de esta falta de capacidad para fijar unos precios mínimos para ser ellas quienes impongan unos baremos”, denuncian.
El otro intermediario son las clínicas y hospitales en los que el médico realiza su actividad. En este caso, el manifiesto denuncia que “la regulación sanitaria actual obliga a una serie de mínimos en las instalaciones sanitarias, lo que hace muy complicado, por lo caro que resulta, que un médico pueda instalarse por sí solo sin tener que entrar en un consultorio, clínica u hospital, que a su vez reclama (como es lógico) unos costes de explotación que repercuten en el magro reintegro al trabajo del médico”.
La consecuencia de esta situación es que, por una parte, “el médico debe someterse a esos precios bajo la amenaza de no tener clientela o no ser admitido en el centro” y, por otra parte, “esos bajos precios le van a obligar a trabajar a volumen, dejando la calidad en un segundo plano: los bajos precios están reñidos con la alta calidad”.
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