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Un estudio revela un mayor riesgo de diabetes tipo 2 después de una histerectomía, especialmente en mujeres más jóvenes

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MADRID, 26 (EUROPA PRESS)

Las mujeres (especialmente las menores de 45 años) que se han sometido a una histerectomía pueden tener un mayor riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 (DM2), según un estudio realizado en más de 83.000 mujeres francesas de mediana edad, y que se presentará en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) de este año en Estocolmo (Suecia).

“Los resultados de esta gran cohorte francesa, a la que se siguió durante una media de 16 años, indican que las mujeres que se someten a una histerectomía antes de los 45 años tienen un 52 por ciento más de riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2”, afirma el autor principal, el profesor Fabrice Bonnet, del CHU de Rennes y del Centro de Investigación en Epidemiología y Salud de la Población (Francia). “Es importante destacar que este riesgo de diabetes es mayor cuando se extirpan ambos ovarios, pero este mayor riesgo se mantiene incluso cuando se conservan ambos ovarios, y no se puede explicar por una dieta poco saludable o por la inactividad física”, añade.

La histerectomía puede recomendarse como tratamiento para las menstruaciones abundantes, los fibromas, la endometriosis y los cánceres ginecológicos. La cirugía extirpa el útero, a veces junto con las trompas de Falopio, los ovarios o el cuello uterino.

Estudios anteriores (y en particular en la misma cohorte francesa) han informado de que la histerectomía se asocia a un mayor riesgo de hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares como el ictus, especialmente cuando va acompañada de la extirpación de los ovarios. Pero pocos estudios han examinado la relación entre la histerectomía y el riesgo de DM2. Además, la mayoría de ellos se referían a mujeres posmenopáusicas y no tenían en cuenta la posible influencia de la dieta y la actividad física.

Para profundizar en esta cuestión, los investigadores realizaron un seguimiento de 83.582 mujeres (con una edad media de 51 años y un rango de 45 a 60 años en el momento de la inclusión) que no padecían diabetes cuando se inició el estudio. Los investigadores analizaron los datos recogidos cada dos años mediante un cuestionario en el que se abordaban factores relacionados con el estilo de vida, como la actividad física, los hábitos alimentarios, el índice de masa corporal, el hábito de fumar, la edad en la menarquia, el estado menopáusico, la edad en la menopausia y el uso de anticonceptivos orales, junto con el diagnóstico médico de DM2.

También investigaron si un estilo de vida poco saludable influía en el riesgo de DM2 entre las mujeres que se habían sometido a una histerectomía. Se excluyeron de los análisis las mujeres con cánceres ginecológicos. Durante un seguimiento medio de 16 años, 17.141 mujeres se sometieron a una histerectomía y 2.672 desarrollaron DM2.

En comparación con las mujeres que no se sometieron a una histerectomía, las que sí lo hicieron tenían un 27 por ciento más de probabilidades de desarrollar DM2, tras ajustar los factores que probablemente influyan en los resultados, como el nivel educativo, el hábito de fumar y los antecedentes familiares de diabetes.

Esta asociación no se vio alterada de forma significativa tras un ajuste adicional por factores reproductivos (por ejemplo, edad de la menarquia, estado de la menopausia) y tratamientos hormonales (por ejemplo, uso de anticonceptivos orales, THS). Y el tipo de calidad de la dieta y el nivel de actividad física no cambiaron la relación entre la histerectomía y la DM2 incidente. Además, los autores no encontraron ninguna relación entre el sobrepeso y un mayor riesgo de diabetes.

Curiosamente, los resultados sugirieron que someterse a una histerectomía con los ovarios intactos seguía estando asociado a un riesgo un 13 por ciento mayor de diabetes, en comparación con un riesgo 26 por ciento mayor tras la histerectomía y la ooforectomía (extirpación de un ovario o de ambos). “Esto indica que la conservación de los ovarios podría ser beneficiosa para reducir el riesgo de diabetes de tipo 2”, afirma el profesor Bonnet.

“Nuestros hallazgos también sugieren que las mujeres que se sometieron a una histerectomía estaban más a menudo deprimidas (evaluadas mediante un cuestionario autoadministrado). Es bien sabido que la depresión está asociada al riesgo de diabetes. Y nuestros datos sugieren que el aumento de los rasgos depresivos puede desempeñar un papel en la asociación entre la histerectomía y un mayor riesgo de diabetes”, añade.

Es importante destacar que, entre las mujeres que se sometieron a una histerectomía antes de los 45 años, el riesgo global de padecer DM2 fue un 52 por ciento mayor que en las que no se sometieron a una histerectomía en este grupo de edad. No hubo un aumento del riesgo estadísticamente significativo entre las mujeres que se sometieron a una histerectomía después de los 45 años.

“Hay circunstancias en las que la histerectomía es la mejor opción para una mujer, pero tenemos que asegurarnos de que las pacientes son conscientes de los posibles riesgos para la salud asociados a este procedimiento, sobre todo antes de los 45 años, y de que están informadas sobre las terapias alternativas no quirúrgicas para los miomas, la endometriosis y el prolapso, que son las principales razones para la histerectomía”, dice el profesor Bonnet. “También hay que investigar más para determinar los mecanismos subyacentes que conducen a la diabetes en estas mujeres”, ha finalizado.


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