MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Un estudio de la Sociedad Estadounidense de Bioquímica y Biología Molecular, publicado en el ‘Journal of Biological Chemistry’, ha revelado que el colesterol alto atrae el coronavirus ya que permite que este virus se deslice dentro de las células sin ser detectado.
El SARS-CoV-2 utiliza el receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2, o ACE2, para infectar células humanas. Sin embargo, este receptor por sí solo no pinta una imagen completa de cómo el virus ingresa a las células. Los investigadores explican que ACE2 es como un picaporte: cuando el SARS-CoV-2 lo agarra y lo maniobra con precisión, esto permite que el virus abra una puerta al interfuncionamiento de la célula y entre.
El profesor asociado de medicina molecular en la Universidad de Florida Scripps, Scott Hansen, descubrió que los grupos de colesterol forman esa puerta de entrada del virus en el organismo.
Al principio de la pandemia de Covid-19, los ancianos y las personas con enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, Alzheimer y enfermedades cardiovasculares experimentaron más muertes relacionadas con el virus. Sin embargo, los niños parecían ser menos susceptibles.
Hansen planteó la hipótesis de que parte de este fenómeno se debía a las altas cantidades de colesterol tisular en poblaciones con enfermedades crónicas. Entre 2017 y 2020, 86,4 millones de adultos estadounidenses de 20 años o más tenían niveles altos de colesterol en la sangre.
Después de completar estudios utilizando tecnología punta como la microscopía de súper resolución, su equipo demostró que el colesterol en la superficie celular hace que ACE2 sea fácilmente accesible para el SARS-CoV2 para ingresar a la célula.
“Nuestras células tienen una capa protectora de lípidos, o grasa, que evita la entrada de invasores y moléculas dañinas”, afirma Hansen. El colesterol es necesario para la supervivencia, pero demasiado colesterol puede aumentar el riesgo de Covid-19 a nivel celular y bioquímico.
“En los fumadores con enfermedades crónicas, el colesterol en el tejido pulmonar se duplica, una magnitud de cambio que aumenta drásticamente la infectividad del virus en el cultivo celular”, asegura Hansen. De hecho, según un estudio respaldado por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, fumar se asoció con un mayor riesgo de Covid-19 grave, incluida la muerte.
Sin embargo, la investigación anterior de Hansen ha demostrado que el colesterol que promueve la infección por SARS-CoV-2 puede interrumpirse fácilmente para ayudar a los pacientes a mantenerse saludables y evitar la infección.
“La fuerza mecánica y los ácidos grasos poliinsaturados interrumpen la agregación del colesterol”, asevera Hansen. “La fuerza mecánica saludable se logra con el ejercicio. En nuestros estudios, las células necesitan ser empujadas un poco para evitar que el colesterol se acumule en la membrana celular. El ejercicio regular con su mayor frecuencia cardíaca y flujo sanguíneo debería reducir los agregados de colesterol en las membranas celulares”, añade.
Además de nuevos conocimientos sobre el mecanismo de entrada del SARS-CoV-2, el estudio de Hansen también destaca las imprecisiones en la forma en que los médicos evalúan el riesgo de colesterol en sus pacientes.
Los investigadores concluyen que “el colesterol va en ambos sentidos” ya que, “se carga en las células, que es la vía de avance, pero luego está el transporte inverso de colesterol en el que el cuerpo extrae el colesterol de las células y lo traslada al hígado y lo excreta fuera del cuerpo o lo recicla”.
Hansen y su equipo están trabajando con médicos para crear una prueba que represente con mayor precisión el colesterol tisular y su distribución por todo el cuerpo.
“En el futuro, este estudio puede afectar la forma en que los médicos piensan sobre el colesterol en el cuerpo”, afirma Hansen. “En lugar de centrarse en la sangre, que cambia cada vez que come, tendrán que centrarse en los tejidos y cómo se toma el colesterol con el tiempo. Es una medida más difícil, pero, al final, puede ayudar a las personas a comprender su riesgo de enfermedad y salvar vidas”, concluye.
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