MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
El fármaco pasireotida, indicado en segunda línea, ha demostrado unas tasas de control de la acromegalia cercanas al 70 por ciento, según el estudio ‘Pasim’, realizado en una veintena de hospitales españoles y portugueses.
Así lo ha anunciado en declaraciones a Europa Press el endocrinólogo Juan Vila, director de Recordati Rare Diseases. “Este porcentaje es muy innovador, porque hasta ahora teníamos tasas mucho más bajas con otros medicamentos”, ha indicado el especialista. El estudio, que ha incluido a 81 pacientes de España y Portugal, se ha publicado recientemente en la revista ‘Clinical Endocrinology’. En los próximos días, se presentará en el 64 Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.
La acromegalia es una enfermedad endocrina rara e incurable, que se presenta en la vida adulta –la edad media del diagnóstico es 40 años–, provocada por un exceso de producción de hormona de crecimiento debido a un tumor benigno. Los síntomas más frecuentes son el crecimiento anormal de manos, pies, cara, mandíbula y ojos, además de fuertes dolores de cabeza, de articulaciones y músculos, fatiga intensa. Se calcula que en España hay unos 3.000 casos.
Además de estos síntomas dolorosos y deformaciones físicas, las consecuencias en el paciente son graves, pues son propensos a sufrir infarto de miocardio, enfermedades cerebrovasculares, artritis degenerativa, apnea del sueño y distintos tipos de cáncer (colon, próstata, mama) presentando una mortalidad hasta cuatro veces mayor que personas sanas de su misma edad.
“Todos tenemos que producir grandes cantidades de hormona de crecimiento cuando estamos en la etapa de infancia y en la adolescencia y luego de una manera natural esto se frena, por eso dejamos de crecer”, ha introducido el experto. Sin embargo, en las personas con acromegalia, “la glándula se vuelve autónoma y empieza a producir los síntomas”, ha explicado Vila.
Más allá del crecimiento de las manos, los pies y los rasgos faciales en estos pacientes, lo que más preocupa a los facultativos es sobre todo que pueden crecer en exceso algunos órganos internos, como el corazón, que se puede dilatar.
Así las cosas, Vila ha celebrado que la pasireotida controla “tres ejes”. “El primero es el bioquímico, porque se normalizan los parámetros en sangre de la hormona del crecimiento. El segundo control es el clínico, pues el paciente se siente mejor, deja de tener tanta fatiga, deja de tener dolores articulares o esas cefaleas que tiene casi a diario. Finalmente, el fármaco también proporciona un control del tumor”, ha indicado Vila, para añadir que, en las resonancias, se ve que el tumor “no solo no ha crecido, sino que incluso hay veces que se reduce su volumen”.
DIAGNÓSTICO TARDÍO
Por otro lado, Vila ha señalado que la acromegalia, “como muchas enfermedades raras, se diagnostica tarde, de una manera lenta, porque los síntomas son muy vagos”.
En este sentido, incide en que estas personas sufren “cambios muy sutiles” que “a veces llevan muchos años”. “Los pacientes sienten debilidad, cansancio, alteraciones en la vista, dolores en las articulaciones y, en algunos casos, les aumenta la talla de las manos; los anillos no les caben, o incluso suben de número de zapato cuando ya son adultos. Pero no es de la noche a la mañana”, ha reiterado el especialista.
En cuanto a la posología del nuevo fármaco, ha destacado que es “muy cómoda”, ya que “son unas inyecciones que se ponen una vez cada cuatro semanas”. “El paciente simplemente va a su centro de salud o al hospital, se le pone la medicación y luego ya se puede ir a casa tranquilo”, ha explicado, agregando que este método mejora la adherencia. “Es un medicamento que no requiere que el paciente se esté acordando todos los días de tomarse la pastilla, por lo que realmente conseguimos que haya un cumplimiento terapéutico muy alto”, ha concluido.
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