MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
Un equipo de investigadores de la Universidad de Basilea (Suiza) ha descubierto cómo una célula hepática sana se convierte en una célula tumoral.
Cambios metabólicos exhaustivos convierten las células hepáticas maduras en células progenitoras inmaduras. Estas células proliferan rápidamente y se desarrollan tumores, según sus hallazgos, publicados en la revista científica ‘Molecular Cell’.
Las causas del cáncer de hígado son múltiples. Además de los trastornos metabólicos, como los asociados a la obesidad, las principales causas en el mundo occidental son las infecciones por el virus de la hepatitis C y el elevado consumo de alcohol.
Aunque el cáncer de hígado es relativamente raro en comparación con otros tipos de cáncer, es una de las principales causas de muerte relacionadas con el cáncer, debido a su mal pronóstico.
Como todas las células tumorales, las células cancerosas del hígado proliferan rápidamente y de forma incontrolada. Esto requiere cambios fundamentales en su metabolismo.
De acuerdo con estos investigadores, las células cancerosas del hígado reducen la producción de una molécula metabólica central. De este modo, el metabolismo global se reconfigura para permitir que las células tumorales crezcan más rápidamente.
El hígado es el mayor órgano metabólico de nuestro cuerpo. Procesa y almacena los nutrientes y desintoxica los compuestos nocivos. Cuando una célula hepática sana se convierte en una célula cancerosa, pierde su función.
“Las células tumorales son egoístas. Cambian su metabolismo para crecer lo más rápidamente posible. Al mismo tiempo, sin embargo, dejan de realizar sus tareas como células hepáticas. Por eso la función hepática se ve afectada en los pacientes que sufren carcinoma hepatocelular”, ha detallado uno de los responsables de la investigación, Dirk Mossmann.
CAMBIOS IMPORTANTES EN EL METABOLISMO CELULAR
La molécula acetil-CoA desempeña un papel fundamental en el metabolismo celular. Por un lado, es el producto final de muchas vías de degradación; por otro, es necesaria para producir o modificar químicamente otras numerosas moléculas.
“Descubrimos que todas las vías de biosíntesis de acetil-CoA están reguladas a la baja en las células del cáncer de hígado. Esto da lugar a una menor cantidad de acetil-CoA, lo que a su vez afecta a muchas otras proteínas, incluidas las enzimas metabólicas. Estas enzimas se ven alteradas funcionalmente porque ya no son modificadas por el acetil-CoA. Esto puede, por ejemplo, ayudar a las células tumorales a convertir el azúcar en energía de forma más eficiente”, ha explicado el primer autor del estudio, Sujin Park.
Otro efecto es que el acetil-CoA influye en la diferenciación celular. La reducción de los niveles de acetil-CoA favorece la desdiferenciación de las células hepáticas. En otras palabras, se reprograman a una etapa temprana e inmadura de desarrollo. Pierden su función característica y comienzan a dividirse rápidamente.
“Nos preguntamos cómo es posible que todas las vías metabólicas del acetil-CoA estén reprimidas en las células tumorales. La respuesta la encontramos en dos proteínas, los llamados factores de transcripción, que regulan un amplio espectro de genes y, por tanto, desencadenan ampliamente los cambios metabólicos”, ha resaltado Mossmann.
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