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Un estudio español ha descubierto que el coste hospitalario de un paciente con COVID-19 aumenta en aproximadamente un 30% si sufre de obesidad

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MADRID, 6 (EUROPA PRESS)

El tratamiento de una persona con COVID-19 y obesidad supone, de media, en torno a un 30 por ciento más de gasto hospitalario en comparación con una persona infectada pero con normopeso, según un estudio realizado por el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos (IdISSC), con la colaboración de Novo Nordisk.

La investigación, publicada en la revista científica ‘Frontiers in Endocrinology’, se ha realizado sobre más de 3.000 pacientes atendidos en urgencias y hospitalización del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, con datos de índice de masa corporal y comorbilidades asociadas a la obesidad.

En concreto, ha incluido a 3.402 personas, de las cuales 1.871 eran menores de 70 años, con diagnóstico probable o confirmado de COVID-19. De esta cohorte de estudio (3.402 personas), el 33 por ciento (1.134 personas) eran pacientes con obesidad.

Según sus resultados, la admisión en UCI (62,4 por ciento de exceso de costes) y la traqueotomía con ventilación mecánica invasiva mayor de 96 horas (53 por ciento de exceso de costes) son las variables en las que la diferencia de costes en euros entre pacientes es mayor.

“El hecho de que los principales sobrecostes sean por uso de UCIs y traqueotomía con ventilación mecánica se explica por sus respectivos costes unitarios. El coste unitario de un día de hospitalización en UCI o del uso de ventilación mecánica es alto porque son recursos de alta intensidad, tanto de capital físico y tecnológico como de profesionales cualificados. Por eso, si un paciente COVID-19 tiene, además, obesidad, genera un sobrecoste de seguimiento y tratamiento de sus enfermedades”, ha comentado Beatriz González, autora del estudio e investigadora en Economía de la Salud en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Además, este exceso de costes se incrementa hasta un 56,3 por ciento en la subpoblación menor de 70 años incluida en el estudio. En este sentido, la catedrática hace hincapié en que “en esta población el uso de recursos altamente costosos ha sido más intensivo”.

A la medicación (92,9 por ciento de exceso de costes), la traqueotomía y ventilación mecánica invasiva mayor de 96 horas (69,4 por ciento de exceso de costes) y la admisión en UCI (57,2 por ciento de exceso de costes) se suma la hospitalización (56,2 por ciento de exceso de costes) como otra variable determinante en los costes asociados a uno y otro paciente.

EL GASTO SUBE DE 7.000 A 10.000 EUROS

Asimismo, los costes medios por paciente con COVID-19 varían significativamente en función del índice de masa corporal del paciente (IMC) y del número de comorbilidades asociadas. Por ejemplo, un paciente con normopeso y COVID-19 supone un gasto medio de 6.941 euros, frente a los 10.144 euros de una persona con obesidad grado I y COVID-19.

Mientras que, comparado con el que no tiene comorbilidades, la persona con obesidad y COVID-19 que presenta dos comorbilidades tiene un sobrecoste del 38 por ciento y el que presenta tres tiene un sobrecoste del 64 por ciento.

COVID-19 Y OBESIDAD: IMPACTO CLÍNICO

Como recuerda el doctor Miguel Ángel Rubio, autor del estudio y jefe de Sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), “la obesidad se asocia a un estado proinflamatorio de bajo grado que condiciona una desregulación de la respuesta inmune, haciéndola más proclive a las infecciones”.

“Esta situación predispone a que, ante una infección como la COVID-19, se libere una excesiva cantidad de sustancias inflamatorias (tormenta de citocinas) que van a producir un agravamiento de la enfermedad infecciosa y, por tanto, necesidad de hospitalización”, ha especificado.

A esto se une que, como subraya el doctor Rubio, “la obesidad se asocia a la aparición de comorbilidades como hipertensión arterial, diabetes y resistencia a la insulina, enfermedades cardiovasculares o dislipemias”.

“Un hecho que hace que una persona con COVID-19, obesidad y combinada con una o varias de estas comorbilidades tenga el triple de riesgo de ingreso hospitalario y el doble de ingreso en UCI que si no tiene comorbilidades. La hipertensión y la enfermedad cardiovascular subyacente son, en general, las causas más frecuentes de estancia hospitalaria, ingresos en planta y en UCI”, ha remachado.

Y este impacto clínico de la obesidad en personas con COVID-19 se agrava cuando se trata de personas con obesidad grado III (IMC superior a 40 kg/m2) porque, como explica este experto, “además de las características inflamatorias, existe una evidente acumulación de grasa en la pared torácica, vías respiratorias, corazón, etc. que favorece una mayor dificultad respiratoria por resistencia al flujo aéreo, menor expansión del volumen pulmonar, limitaciones de movilización de la caja torácica (diafragma y músculos intercostales), que van a ser responsables de hipoventilación, hipertensión pulmonar y apneas del sueño”.


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