MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
Un estudio realizado desde el Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Granada (Cibm) prueba en animales la validez de un compuesto natural, el ácido vanílico, para combatir el déficit de coenzima Q10 (CoQ10), una molécula esencial para la vida que se sintetiza en las propias células de los órganos y tejidos de las personas.
La investigación, desarrollada por Pilar González García y Luis Carlos López García, entre otros expertos, destacó que el ácido vanílico es capaz de corregir las alteraciones en la llamada “confluencia Q” y en el proceso neuroinflamatorio derivado de la falta de coenzima Q10, aumentando la supervivencia del modelo animal hasta asemejarlo a la supervivencia de animales de control.
Las dos funciones más conocidas de la CoQ10 son su participación en el proceso de generación de energía útil para las células y su capacidad antioxidante. El estudio ha demostrado que el déficit de coenzima Q10 provoca dos alteraciones fisiopatológicas importantes: por un lado, cambios metabólicos debido a la modificación en el funcionamiento de lo que se denomina “confluencia Q”, que son una serie de proteínas dependientes de la coenzima Q que participan en rutas metabólicas importantes a nivel celular; y por otro lado, la inducción de gliosis reactiva y neuroinflamación que conduce a una encefalopatía letal.
“La deficiencia en coenzima Q10 se produce de forma primaria en lo que conocemos como ‘síndrome de deficiencia en coenzima Q10’, que se da con una presentación clínica muy heterogénea. Asimismo, se da también de forma secundaria en otras enfermedades mitocondriales o en patologías más comunes como la obesidad y el síndrome metabólico, en ciertas enfermedades neurodegenerativas o como resultado de algunos tratamientos farmacológicos, como es el caso del tratamiento con estatinas, entre otros”, explicó Luis Carlos López, catedrático del Departamento de Fisiología e investigador del Cimb.
Además, el trabajo realizado en la Universidad de Granada identifica también potenciales biomarcadores asociados a la deficiencia de coenzima Q10, que podrían usarse en la clínica para seguir el progreso de la enfermedad y evaluar la eficacia de los tratamientos.
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