MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El estudio ‘Estimaciones de la incidencia de las neoplasias hematológicas en España, 2021: estudio de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN)’, publicado en la revista ‘Medicina Clínica’, ha alertado de que cerca de 26.000 nuevos casos de hemopatías malignas deberían haber sido diagnosticados en España en 2021.
Sin embargo, tal y como han explicado desde la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), la actual situación pandémica, así como los primeros resultados publicados sobre el impacto de la COVID-19 en el cuidado de la salud y en el diagnóstico del cáncer,, indican que puede haber un retraso en la identificación de nuevos casos de cáncer.
En el caso de los tumores hematológicos, dicho retraso supone detectar la enfermedad en fases más avanzadas, caracterizadas, por ejemplo, por leucocitosis, en el caso de las leucemias agudas, y por masas tumorales voluminosas, en el caso de los linfomas.
Ante este escenario, el presidente de la SEHH, Ramón García Sanz, ha destacado el “amplio e importante” arsenal terapéutico con que cuenta la hemato-oncología (quimioterapia, inmunoterapia, inhibidores de vías celulares y trasplante hematopoyético), el cual genera respuestas espectaculares y está incrementando la supervivencia de los cánceres hematológicos.
Además, ha recordado que el pronóstico de estas enfermedades neoplásicas ha experimentado una “mejora extraordinaria” en los últimos 40 años. “Estos avances han sido posibles gracias al fácil acceso a las células tumorales a través de un análisis de sangre, biopsia líquida, o mediante el examen de la médula ósea, que ha permitido un gran desarrollo en su conocimiento celular”, ha dicho.
A medio y largo plazo, recalca, los hematólogos serán capaces de aplicar una verdadera medicina personalizada, administrando a cada paciente el tratamiento más eficaz y en la cantidad adecuada. “En los últimos años ha habido muchos avances en el tratamiento de las hemopatías malignas con inmunoterapia, especialmente con los anticuerpos monoclonales y, en particular, con los biespecíficos, pero no cabe duda de que la gran protagonista sigue siendo la terapia CAR-T”, ha enfatizado el experto.
A su juicio, su irrupción en el tratamiento del cáncer hematológico supone un cambio de paradigma que “no tiene parangón” en la historia reciente de la medicina. “Por primera vez disponemos de una terapia basada en células vivas modificadas genéticamente, que identifican y destruyen específicamente células tumorales. Es el triunfo del conocimiento profundo de la biología del sistema inmune y de las nuevas herramientas de edición génica y el máximo exponente de la medicina personalizada”, ha añadido.
Por su parte, el número de trasplantes hematopoyéticos sigue creciendo en todo el mundo gracias a una mayor disponibilidad de donantes y a que la población diana va creciendo en edad. “Además, el experto ha asegurado que siguen mejorando los resultados de este tratamiento gracias a un mejor manejo de la enfermedad de injerto contra huésped y de los procesos infecciosos. Sin embargo, la introducción de las células CAR-T está modificando las indicaciones del trasplante hematopoyético y se espera que siga haciéndolo en el futuro”, ha zanjado.
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