MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El jefe del Servicio de Cirugía Cardiaca de los hospitales universitarios La Luz y Quirónsalud Madrid, el doctor Alberto Forteza, ha resaltado que es posible la reparación de las válvulas aórticas que presentan insuficiencia, una patología cardíaca “muy frecuente” que ocurre cuando esta válvula, una de las cuatro que controlan el flujo de sangre a través del corazón, no cierra bien, provocando que la sangre vuelva hacia el ventrículo izquierdo, dando lugar a una sobrecarga progresiva y la dilatación del corazón.
“(Se puede operar) cuando el paciente está sintomático o cuando hay datos ecográficos de dilatación de cavidades izquierdas. Si no se realiza un manejo adecuado a tiempo, la progresión natural de la enfermedad puede conducir a disfunciones cardiacas graves, e incluso a requerir un trasplante cardíaco”, ha asegurado el especialista, quien ha recordado que, si bien algunas valvulopatías se adquieren a lo largo de la vida, otras son congénitas.
Uno de los casos más frecuentes es la válvula aórtica bicúspide, una enfermedad en la que la válvula presenta dos valvas en lugar de tres, cuya función anormal la hace más propensa a causar una insuficiencia aórtica, y que lleva al 40 por ciento de los pacientes a necesitar una intervención, generalmente a partir de los 30 o 40 años, aunque el deterioro suele comenzar “de forma lenta” alrededor de los 20 años; en el caso de las estenosis aórticas, se suelen tratar quirúrgicamente en personas de entre 60 o 70 años.
Para lograr devolver la función normal de la válvula, el doctor Forteza ha señalado que “es imprescindible priorizar la funcionalidad hemodinámica de la válvula sobre la restauración de la anatomía normal, por ello, no transformamos las válvulas bicúspides en tricúspides, sino que corregimos sus defectos para asegurar un excelente rendimiento”, una técnica que hace que esta cirugía sea “especialmente compleja”.
Forteza también ha hablado sobre técnicas como la anuloplastia, dirigida a reparar los distintos elementos que rodean la válvula aórtica, de los que también dependen la función vascular, y que se realiza sobre el anillo aórtico, disminuyendo su diámetro.
En caso de necesitar corregir los velos de la válvula, especialmente cuando presentan prolapso –desplazamiento o abombamiento hacia la cavidad ventricular–, lo más habitual es “hacer una plicatura de los velos para que queden lo más elevados posible y que ambos coapten de manera uniforme al mismo nivel”.
Si se produce una dilatación sobre la parte inicial de la aorta, que puede provocar una insuficiencia aórtica, se puede corregir “resecando la zona aneurismática, reemplazándola por un injerto y reimplantando la válvula”.
UNA INTERVENCIÓN COMPLEJA QUE REQUIERE DE GRAN EXPERIENCIA
Por otro lado, el doctor ha subrayado que la cirugía de reparación valvular aórtica es una intervención compleja que requiere de una “gran experiencia” para lograr buenos resultados, lo que permite evitar que el paciente tenga que tomar un tratamiento anticoagulante de por vida, con las complicaciones que puede conllevar.
En pacientes jóvenes, en mujeres con deseo gestacional o en deportistas de competición también es especialmente útil “porque les permite hacer una actividad con total normalidad al mantener la estructura de la válvula propia”.
“En definitiva, presenta bastantes ventajas frente al implante de una prótesis”, ha afirmado el doctor, quien señala la recuperación rápida –cinco o seis días de ingreso y tres semanas de espera para hacer vida normal– como otra de los beneficios, si bien la actividad deportiva requiere de un mes y medio o dos meses tras la intervención.
Tras ello, ha señalado que en estos centros tienen “la mayor experiencia en España”, que son una de las “mayores series a nivel mundial” y que la mortalidad en sus instalaciones es “muy baja” e “inferior al 1 por ciento”.
Forteza también ha explicado que existe una alta probabilidad de reparar la válvula y que dure en el tiempo, y es que el 90 por ciento de los pacientes continúan con una válvula que funciona correctamente tras un seguimiento de 10 o 15 años
“Los resultados son mejores que los que se consiguen con una prótesis biológica, que es la alternativa cuando no se puede reparar la válvula”, ha concluido.
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