MADRID, 15 (SERVIMEDIA)
El 38% de los hogares (unos 75.000, casi un cuarto del total) en los que viven los jóvenes que atiende Cruz Roja están en una situación de pobreza energética. La situación actual puede agravar aún más la que la ONG vio durante la pandemia, cuando pasó de atender de 100.000 a casi 200.000 jóvenes.
Así se desprende del informe ‘Los y las jóvenes, y el reto de la digitalización en la covid-19: competencias para la vida, el empleo y la educación’, presentado este jueves por Cruz Roja en Madrid y que muestra también que la digitalización acelerada, globalización, crisis socioeconómica y sanitaria, envejecimiento poblacional y migraciones generan en la vida de las y los jóvenes atendidos por Cruz Roja un “círculo” de precariedad, explotación laboral, dificultad para formarse y cualificarse, así como para emanciparse. Todo ello provoca “una precariedad multifacética”, cuyo punto de partida, antes de la pandemia, ya era de por sí una posición de desventaja social.
“La foto la hemos hecho en plena pandemia, pero ahora vamos a añadir una crisis nueva con lo que está ocurriendo con la guerra de Ucrania y las expectativas que tenemos de precios de luz y gas nos preocupa especialmente esta población joven”, señaló la directora de Estudios e Innovación Social de Cruz Roja, Estrella Rodríguez.
De hecho, el informe muestra otros indicadores de vulnerabilidad como que el 24% de los hogares de los jóvenes que atiende la organización no pueden consumir alimentos con proteínas tres veces en semana; y el 48,8% de los hogares se encuentra en privación material severa.
Asimismo, la pandemia arrojó otra realidad que deja en desventaja a los jóvenes más vulnerables, pues entre los jóvenes atendidos se produjo un abandono escolar temprano sin finalizar la ESO del 26%; del 27% entre quienes acabaron esta etapa; y de la universidad del 23%.
Los datos de Cruz Roja también muestran la precariedad laboral que viven los jóvenes. El 52% de los atendidos está en desempleo; el 27% trabaja en la economía sumergida; el 28 tiene un empleo a tiempo parcial y entre los menores de 19 años hay un 61% sin ninguna experiencia laboral (30% entre los que tienen de 19 a 24; y un 11% en los de 24 a 30 años).
SITUACIÓN NO ESPERADA
Según explicó el coordinador general de Cruz Roja, Toni Bruel, el estudio trata de buscar las causas de la “situación no esperada” que provocó la pandemia, cuando se duplicó “en menos de dos años” la población de 16 a 30 años atendida por la organización, que pasó de 100.000 a 200.000.
“Las fronteras que nos preocupan las que son cuando una persona deja de ser ciudadana para ser superviviente, y tener que buscarse la vida para todo. Y con eso no se puede tener una aspiración a mejorar su vida personal y la de su familia. Es ahí donde Cruz Roja centra su trabajo”, indicó.
En este punto, Bruel remarcó que muchos jóvenes han tenido que ser “mendigos de datos de wifi”, dedicarse a buscar soluciones energéticas o para encontrar un hogar. Por ello, la ONG busca con estos datos “crear conciencia sobre estas situaciones para que se apoye y mejore las condiciones de vida de los jóvenes” por parte de la ciudadanía y los políticos.
El informe se basa en el análisis cuantitativo de 546 encuestas a jóvenes atendidos por Cruz Roja y otra parte cualitativa, en la que se ha contado con personal laboral y voluntario y grupos focales con jóvenes.
De los casi 200.000 jóvenes atendidos se puede trazar un perfil que correspondería al de una mujer (el 54,4%) y con una media de edad de 23-24 años. Según el coordinador, la pandemia incrementó especialmente la demanda de ayuda de la población de 25 a 30 años. “Eso es que se nos han acercado jóvenes con responsabilidades familiares”, subrayó. De hecho, el 22% del total tienen hijos a cargo.
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