La Fiscalía solicita 21 años y medio de cárcel para él por hasta cinco delitos, incluido blanqueo de capitales
MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Francesco D’Argenio, a quien la Audiencia Nacional juzga por encabezar en España una organización criminal “próxima” a la Camorra que movía droga hacia Italia, ha negado este lunes ante el tribunal ser el jefe –el ‘capo’– y ha señalado que sólo se dedicaba a la compra venta de vehículos y relojes, y que vivía de defraudar el IVA.
Así ha respondido a las preguntas de su defensa al inicio de la vista oral en la que, además de a D’Argenio se juzga a otras 16 personas.
Cabe recordar que la Fiscalía solicita para él 21 años y medio de cárcel por los delitos de organización criminal, tráfico de droga –hachís y cocaína–, blanqueo de capitales y falsedad.
Pero este lunes, el presunto ‘capo’ ha negado tener relación de jerarquía con el resto de los encausados y que usaba un entramado de sociedades extranjeras a pesar de operar en España porque así evitaba tener que pagar el IVA: “Sé que no era legal, pero de ahí venía la fuente de subsistencia”.
Al hilo, ha sostenido que lejos de dedicarse al tráfico de droga, lo que hacía en 2015 en realidad era comprar flotas de vehículos desde sociedades radicadas en Alemania para luego venderlas a empresas italianas que a su vez acababan colocando esos coches en concesionarios. Así, ha defendido que existía una negociación con el proveedor, existían una serie de pagos y beneficios, por lo que su trabajo era real, solo que “no pagaba el IVA”.
Con los relojes ha señalado que ocurría algo por el estilo, compraba en distribuidores españoles desde sociedades extranjeras para no tener que abonar ese IVA y movía la mercancía a joyerías italianas.
Tras esta sucinta explicación sobre sus negocios ha confirmado a preguntas de su defensa que algunos en su empresa le llamaban ‘jefe’ –‘capo’ en italiano– pero lo ha encuadrado en “una costumbre latina” y ha apostillado que en España también “mucha gente llama jefe a quien manda en la oficina”.
Al hilo, ha negado que algunos de los encausados fueran sus testaferros en empresas destinadas a blanquear el dinero que habría amasado con el tráfico de estupefacientes, y sobre un alijo de droga encontrado en furgonetas que él habría ordenado enviar a Italia, ha negado tener conocimiento de que esa droga fuera en esos vehículos.
“¿Tiene algo ver con lo que encontraron en las furgonetas?”, ha preguntado su abogado, ante lo que ha respondido que “absolutamente no”. “Nunca me he dedicado a este mundo, ni este mundo me pertenece, ni yo pertenezco a este mundo. Son cosas que desconozco en absoluto. Además, si me ganaba bien la vida con el tema de los relojes, de los vehículos, del alquiler. Señoría, no pagando el IVA se gana dinero. Obviamente no es legal pero se hace, yo lo hacía”, ha comentado.
LA ORGANIZACIÓN
Según el escrito del fiscal, de lo investigado se pudo determinar en 2015 “la existencia de una organización criminal que operaba principalmente en Italia, España, Alemania, Portugal y Letonia (…) como asentamientos estratégicos para constituir entramados empresariales que les permitieran ocultar el origen ilícito de dinero procedente principalmente del tráfico de drogas al que también se venían dedicando”.
Añade que esa organización criminal estaba liderada por Francesco D’Argenio, que la rama española de la organización estaba asentada en Barcelona y que su principal objetivo era la adquisición, gestión y posterior traslado a Italia de importantes cantidades de sustancia estupefacientes y la introducción en el circuito financiero legal de las cantidades de dinero que le reportaba tal actividad.
Del presunto ‘capo’ dice que era “líder indiscutible y en posición de mayor jerarquía” y que se encargaba de coordinar y dirigir las operaciones de compraventa de sustancia estupefaciente.
Una de ellas, quizá la de más relevancia, fue llevada a cabo en diciembre de 2015 cuando la trama habría tratado de hacer llegar vía ferry al puerto de Civitavecchia (Italia) en el interior de dos furgones un total de 385,4 kilos de hachís. En el juicio, D’Argenio, ha negado conocer ese extremo.
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