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Teresa Perales: “Estaba lista para el discurso de ganar y el de no ganar, pero no para el de perder”

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MADRID, 16 (EUROPA PRESS)

La nadadora española Teresa Perales no esconde que iba “preparada para el discurso de ganar y el de no ganar, pero no para el de perder”, y dejó claro que ya ha puesto “la cuenta atrás” para tratar de estar los Juegos de Los Ángeles 2028.

“Iba preparada para el discurso de ganar y el de no ganar, pero no para el de perder porque yo nunca lo he contemplado. Sabía que lo que quería era intentarlo porque me había esforzado mucho y me sentía tremendamente orgullosa. Esa medalla ya la llevaba puesta y me servía en el caso de no haber ganado medalla”, declaró Teresa Perales en una entrevista con Europa Press a su llegada al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas tras disputar los Juegos Paralímpicos de París.

La aragonesa tenía claro también que quería transmitir el mensaje de que “nunca hay que dar por hecho que por muchas dificultades que tengas no va a salir”, y que “se trata de intentarlo y creer en ello y en ti mismo”, al tiempo que agradeció a la gente que le rodea por ayudarle a creérselo “más”.

Para ella, esta vigesimoctava medalla paralímpica ha tenido más mérito aún teniendo en cuenta que ha tenido que aprender a nadar con solo un brazo después de perder la movilidad de su extremidad superior izquierda. “Todas las medallas han sido peleadas, pero es verdad que antes tenía más fácil ganar, iba a las competiciones sabiendo que tenía muchas posibilidades porque ya veía el ránking”, afirmó.

Sin embargo, en París, aunque quería “ganar”, la realidad es que “un día había hecho una marca” que le acercaba a la medalla, pero el primer día, las rivales hicieron marcas en el primer 50 que ella no había hecho jamás. “El día de los 50 espalda estuve bastante nerviosa hasta que entré a la cámara de llamadas. Allí ya pensé que había entrenado para disfrutar esto”, confesó.

“Cuando llegué allí disfruté muchísimo. Igual no hice el mejor nado de mi vida, no veía ni dónde estaba, pero mientras iba nadando me decía ‘sigue, sigue y que pase lo que pase’. Al principio estaba súper desubicada. Luego miré la pantalla y vi que había una bandera de España. No hacía más que mirar alrededor y pensaba que si se agitaban es porque he ganado”, recordó Perales, que no supo que había sido medallista hasta que vio a su entrenador echarse a llorar. “Ahí dije: ‘Creo que ya es oficial, ya puedo llorar también'”, señaló.

También indicó que las dos centésimas por las que superó a la cuarta clasificada fue la menor distancia que recuerda en su historia en unos Juegos. “Igual sería mejor la próxima vez no apurar tanto”, dijo riéndose la zaragozana.

Ahora, Perales ya tiene puesta la vista en Los Ángeles y confesó que en cuanto se apagó el pebetero en París, puso en su móvil una cuenta atrás para la cita paralímpica de 2028, que ve siempre que lo enciende cada día y que refleja los cerca ya de 1.400 días que restan para entonces. Antes, afrontará el Campeonato del Mundo en Singapur en 2025.

Su medalla fue una de las 40 conquistadas por la delegación española en París, a solo dos de las 42 de Londres 2012, lo que para ella demuestra que “hay relevo”. “Estoy muy contenta y muy orgullosa porque en Londres contribuí con seis, y esta vez solo con una”, apuntó la zaragozana, que destacó que en España hay “muchísimos deportistas con una gran calidad”.

“HACEN FALTA MUCHOS MÁS DEPORTISTAS EN TODOS LOS DEPORTES”

Estos grandes resultados demuestran que España es una potencia en el mundo paralímpico, pero ella reclama “buscar muchos más deportistas en todos los deportes que se acerquen al Movimiento Paralímpico”. “Hay muchos deportistas que entrenan y compiten con convencionales y que podrían entrenar y competir con nosotros, y estaría fenomenal poderles ver subir al podio con nosotros”, explicó.

Por otro lado, un detalle que le gustó mucho a ella fue cuando llegó a la Villa Paralímpica y vio que les habían puesto su palmarés. “Me hizo mucha ilusión el primer día ver que habían puesto ahí mis 27 medallas”, remarcó, al igual que el hecho de que cada noche se reunían para celebrar los éxitos de sus compañeros y firmar unas medallas imantadas que ponían luego una pizarra.

“Son unos detalles que han hecho que el equipo funcionara mucho mejor y ha generado esa sensación de felicidad y celebración, que debe haber en los Juegos, porque pase lo que pase, ganes o no, siempre hay celebración”, advirtió la aragonesa.

Una de las noticias más destacadas de estos Juegos es la que protagonizó la también nadadora Anastasiya Dmytriv, al conquistar la medalla de oro en los 100 metros braza en la categoría S8. Para ella, la joven de 16 años está “como en otro nivel”, y reconoció que no solo tenían “confianza” en ella, sino que la habían visto entrenar estos años, y ya había estado cerca de ir a Tokio porque “verdaderamente ya tenía calidad”.

Sobre su proceso, la deportista paralímpica española más laureada de la historia cree que “hay que ir paso a paso porque una vez que llegas a unos Juegos y ganas parece que no hay más”. “Y hay que aprender a disfrutar de un Europeo, un Mundial, y luego ya ir a los Juegos”, puntualizó.

La celebración no pudo ser total para el equipo español después de ver la descalificación de Elena Congost tras finalizar tercera en el maratón T12. La atleta española soltó la cuerda que le unía a su guía durante un segundo para evitar que este se cayese a escasos metros de la meta y con casi cuatro minutos de ventaja sobre la cuarta clasificada, y la organización decidió descalificarla.

Para la medallista paralímpica fue algo “durísimo”. “Lo estuvimos siguiendo y de repente nos aparece el mensaje de que había quedado tercera. Pero, de pronto, vemos que ha sido descalificada. Tenía la medalla aseguradísima, iba tres minutos por delante, y al final es una pena porque una cosa es quedar cuarta, pero descalificada es como si no hubieras participado”, lamentó.

La aragonesa comparó la situación con lo ocurrido con la jugadora de bádminton Carolina Marín, que se lesionó en el segundo juego de las semifinales del torneo olímpico, cuando estaba muy cerca de la victoria que le aseguraba la medalla. “Es lo mismo que con ella, de corazón te sale pedir que le den la medalla porque la tenía muy cerca, pero al final no se la concedieron”, aseveró.


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