Destaca que los programas de asistencia nutricional y otros programas “continuarán sin interrupciones”
MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha anunciado este viernes que “suspenderá de forma temporal” su entrega de ayuda alimentaria en Etiopía a causa de las sospechas sobre el presunto desvío de alimentos, un día después de que la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID) anunciara la suspensión de sus entregas en el país africano.
“Si bien tendremos que suspender temporalmente la asistencia alimentaria en Etiopía, la asistencia nutricional a niños, mujeres embarazadas y lactantes, los programas de comidas en colegios y las actividades para fortalecer la resiliencia de agricultores y ganaderos continuarán sin interrupciones”, ha explicado el organismo a través de un comunicado.
Así, ha explicado que está acelerando sus esfuerzos para mejorar las salvaguardas y controles en vigor para garantizar que la ayuda humanitaria llega a las personas vulnerables, proceso que incluirá un trabajo “más directo” con las comunidades y el uso de tecnología para determinar quiénes son las personas en mayor situación de necesidad y verificar su identidad en tiempo real.
El PMA ha subrayado además que va a reforzar el seguimiento de los alimentos hasta su entrega a los beneficiarios y que va a fortalecer el sistema de supervisión y denuncia de violaciones por parte de socios y el mal uso de la ayuda alimentaria, para lo que está trabajando con agencias de la ONU y socios humanitarios.
“El desvío de alimentos es absolutamente inaceptable y aplaudimos el compromiso del Gobierno de Etiopía a la hora de investigar y hacer rendir cuentas a los responsables”, ha dicho la directora ejecutiva del PMA, Cindy McCain. “Nuestra principal preocupación son los millones de hambrientos que dependen de nuestro apoyo y nuestros equipos trabajarán de forma incansable con todos los socios para retomar nuestras operaciones en cuanto podamos garantizar que la comida llega a las personas que más la necesitan”, ha explicado.
“Como trabajadores humanitarios, es necesario que podamos llegar a las mujeres, hombres y niños más vulnerables sin restricciones y sin desvíos. Tenemos que trabajar juntos para aprender y evitar que esto se repita en el futuro”, ha recalcado. Más de 20 millones de personas necesitan urgentemente ayuda alimentaria en Etiopía a causa de los efectos del conflicto con el Frente Popular de Tigray (TPLF) entre 2020 y 2022 y la sequía.
El Gobierno de Etiopía y la USAID emitieron el jueves un comunicado conjunto en el que anunciaron “su compromiso para abordar las profundamente preocupantes revelaciones sobre el desvío de ayuda alimentaria en Etiopía”.
“Los dos gobiernos están llevando a cabo investigaciones para que los responsables de este desvío rindan cuentas. Los dos gobiernos se comprometen a colaborar hacia un sistema eficiente de distribución de la ayuda en Etiopía, lo que protegería la ayuda de cualquier desvío”, explicaron, según el comunicado, publicado por el Ministerio de Exteriores etíope a través de su página web.
Por último, Adís Abeba y la USAID destacaron que “continúan su asociación en beneficio de la población de ambos países”. “Seguimos comprometidos a trabajar juntos para expandir las oportunidades y desarrollar nuestra relación de forma que hagan avanzar nuestros intereses compartidos”, zanjaron.
Las informaciones apuntan a que varios altos cargos etíopes estaban presuntamente entregando alimentos a militares o desviándolos para su posterior comercialización, en vez de entregarlos a la población civil. Recientemente, acusaciones similares sobre el desvío de ayuda en Tigray (norte) provocaron una suspensión similar y derivaron en una investigación por parte de la administración interina establecida en la región en el marco del proceso de paz iniciado en noviembre de 2022.
“Ante la gravedad del problema y las crecientes pruebas sobre el terreno, hemos abierto una investigación de alto nivel para garantizar que todos los culpables rinden cuentas, al margen de su historial o estatus”, destacó en mayo el jefe de la administración interina en Tigray, Getachew Reda, quien es además portavoz del TPLF y miembro del consejo central del grupo tigrayano.
Esta nueva administración, dependiente del Gobierno etíope pero con ciertas competencias de autonomía, tiene como principal objetivo la consolidación de rutas de suministros para facilitar la llegada de ayuda humanitaria a los afectados por los combates, que habrían dejado entre 100.000 y 600.000 muertos, según estimaciones extraoficiales de responsables etíopes y de la Unión Africana, respectivamente.
El conflicto en Tigray estalló en noviembre de 2020 tras un ataque del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) contra la principal base del Ejército etíope, situada en Mekelle, tras lo que el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva contra el grupo tras meses de tensiones a nivel político y administrativo, incluida la negativa del TPLF a la hora de reconocer un aplazamiento electoral y su decisión de celebrar comicios regionales al margen de Adís Abeba.
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