MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Más de la mitad de los turistas de crucero consideran la ciudad de Barcelona está masificada. Una opinión coincidente con gran parte de población residente que asegura que la alta concentración de visitantes en algunas zonas de la ciudad afecta a sus desplazamientos cotidianos y a su calidad de vida, según una investigación liderada por la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona.
El proyecto sobre movilidad urbana Visitmob que ha realizado casi 4.000 encuestas a turistas que pernoctan en Barcelona, otros que vienen a pasar el día, visitantes ocasionales y cruceristas, asegura que aunque el 90% de los cruceristas define como “agradable” su experiencia visitando la ciudad y un 80% se ha sentido “seguro”, más de la mitad –un 53%– destaca haberse encontrado a demasiadas personas en hora de disfrutar de los lugares visitados.
El problema de la masificación se detecta también entre la población residente. Así un 36,2% afirma que la movilidad en el espacio público se ve condicionada por la actividad turística, que también afecta, a la sensación de confort sobre el servicio de transporte público (28,5%) y la puntualidad de estos medios (25,6%). Las cifras obtenidas se incrementan hasta 10 puntos en el caso de personas que residen en barrios turísticos.
La geolocalización incluida en el estudio permitió constatar que la concentración espacio-tiempo es muy alta en determinados puntos de la ciudad. El distrito de Ciutat Vella lo visita un 100% de cruceristas con un tiempo medio de estancia de dos horas, de las cuales más de una hora lo hacen a pie. Por detrás se encuentran el Eixample y Gràcia. Distritos como Nou Barris o Sant Andreu no reciben ninguna visita procedente de turismo de crucero.
Los datos también señalan una clara concentración en determinados iconos de la ciudad. El mayor flujo, en el caso de cruceristas, se concentra en las inmediaciones de las Ramblas (96,7%), plaza de Catalunya y paseo de Gràcia (73%) y también en la Sagrada Família (63,1%). Así, las Ramblas es el espacio en el que coinciden turistas y excursionistas con cerca del 34%, pero sólo un 23% de los visitantes de día de fuera de Barcelona la visitan.
De todos los turistas de crucero entrevistados, la mitad ya habían visitado Barcelona anteriormente y, de éstos, un 78% repite también la misma ruta.
CAMBIO DE RUTINAS Y DESARRAIGO
El estudio pone de manifiesto que la presencia de turistas genera insatisfacción a un 23% de los residentes a la hora de moverse por la ciudad, también los condiciona en el momento de elegir medio de transporte e incluso han dejado de visitar espacios específicos de la ciudad a causa del turismo.
Estos cambios en los patrones de movilidad se han observado sobre todo en hombres, personas mayores, las de mayor nivel socioeconómico y más bajo y aquellas que residen en los barrios turísticos.
Los resultados del estudio advierten que los efectos de la masificación turística, además de provocar un agravio diario entre la población residente, también conllevan una pérdida de sentimiento de pertenencia del lugar en el que viven. Esta sensación de desarraigo se acentúa en las personas mayores, más sensibles a los cambios que se han producido en los últimos veinte años, según el estudio
Se detectan porcentajes similares a la hora de evaluar la calidad de vida de la población residente. La presencia de turistas afecta negativamente a la calidad de vida de un 17% de las personas entrevistadas, una cifra que aumenta 6 puntos entre los residentes de los barrios turísticos.
PATONES DE MOVILIDAD SOSTENIBLE.
El investigador destaca que los patrones de movilidad turística más sostenibles en la ciudad –a pie o en transporte público– son los que concentran la mayoría de los desplazamientos. Aproximadamente un 80% de los desplazamientos se realizan a pie y, si no, la alternativa suele ser el transporte público, con el metro como primera opción.”
Incluso los visitantes de fuera de la región metropolitana de Barcelona que pasan un día en la ciudad llegan mayoritariamente en tren y quienes lo hacen en coche a menudo lo dejan aparcado en un punto y continúan su visita en transporte público.
Preguntados por las políticas de restricción de acceso a los vehículos más contaminantes en la ciudad, los visitantes de fuera de Barcelona que acuden a pasar el día se muestran favorables, seguidos de la creación de carriles bici prioritarios Bus-Vao y la reducción de espacio de circulación y aparcamientos en superficie a favor del espacio peatonal.
Por el contrario, la creación de un peaje de entrada a Barcelona para mejorar su transporte público ha recibido una aceptación muy baja, con más del 55% de las respuestas negativas.
RETOS Y PROPUESTAS.
El estudio concluye que sería imprescindible mejorar la gestión de los espacios que sufren mayor concentración para reducir el impacto de este tipo de turismo entre los residentes.
Por lo que se refiere a los planes de gestión de transporte público, se sugiere tener en cuenta la alta concentración que se produce en los puntos más frecuentados por el turismo, a fin de descongestionar los servicios y mejorar la percepción de la población residente. Se propone, además, repensar los títulos de transporte público para que el coste extra lo asuma la población visitante y no la residente.
Respecto a los vehículos de movilidad personal como los patinetes y el uso turístico de la bicicleta, se recomienda repensar los espacios disponibles para utilizarlos a fin de evitar riesgos para la población residente. También se propone reforzar los hábitos relacionados con la conducción y conocimiento de las normas de circulación o las pautas de comportamiento de estos vehículos.
Otro de los retos identificados hace referencia a los cambios que ha tenido el paisaje comercial de los barrios más turísticos, lo que ha supuesto un fuerte impacto en la salud y en el bienestar de la ciudadanía debido a la sobreocupación de la vía pública y incremento de las terrazas y de la contaminación acústica derivada.
Por último, para reducir el acceso con vehículo propio a la ciudad, se propone mejorar la cobertura del transporte público interurbano, sobre todo en lo que se refiere a los destinos de la costa del Maresme, Garraf, Costa Daurada y Costa Brava.
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