Las relaciones con Pekín, tema central de la campaña electoral, divide a unos partidos con posturas totalmente opuestas
MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
La población taiwanesa acudirá este sábado a las urnas para unos significativos comicios en los que elegirán a su próximo presidente ante el continuado desafío de las autoridades de China, que siguen considerando el territorio una provincia más bajo su soberanía a pesar de que el Partido Comunista chino no ha gobernado nunca al otro lado del estrecho de Taiwán.
Se estima que más de 19 millones de personas depositen su voto tras una campaña electoral centrada en el futuro de la relación con Pekín, una cuestión que divide a unos partidos políticos con posturas totalmente opuestas. Todo apunta a que el próximo líder taiwanés jugará un papel fundamental a la hora de hacer frente a la sombra de China sobre una isla que se encuentra en medio de las disputas entre dos grandes potencias.
Durante el mandato de la actual presidenta, Tsa Ing Wen, del Partido Progresista Democrático (PPD), las relaciones con el gigante asiático han atravesado un periodo de creciente tensión, especialmente debido a las reivindicaciones independentistas del Gobierno y a su acercamiento a Estados Unidos –que insiste en ofrecer apoyo económico y militar a la isla en el marco de su estrategia frente a China–.
Tsai, que ha puesto fin a su segundo y último mandato consecutivo, tal y como establece la Constitución taiwanesa, deja ahora el camino libre a un sucesor que tendrá que hacer frente a la incertidumbre y la amenazante postura de Pekín, que aboga por la completa unificación, “inevitable”, del territorio chino.
Aunque el mandato de Tsai se ha visto caracterizado por un aumento de la tensión en la zona, no ha dejado de ejercer cautela en un intento por evitar provocaciones a medida que lograba fortalecer las relaciones con Washington, una postura que podría ser heredada por el candidato del PPD, Lai Ching Te, conocido como William Lai, en caso de hacerse con la victoria.
Lai, que pasó a ser el ‘número dos’ de la presidenta en el año 2020, también fue alcalde de la ciudad de Tainan y se presenta junto a Bi Jim Hsiao, que fue representante de Taiwán en Estados Unidos, una alianza que ha recibido el apoyo de los seguidores del partido gubernamental.
La fórmula, favorita de cara a los comicios según las últimas encuestas, reivindica la independencia de la isla pero es a su vez vista con buenos ojos por parte de los votantes de centro. El propio Lai ha prometido mantener las políticas de Tsai ante la posibilidad de que China siga mostrando una postura amenazante con la intención de acabar con cualquier atisbo de independencia.
Frente al partido gubernamental se encuentra el opositor Partido Nacionalista de China, conocido como Kuomintang (KMT), que se estableció en la isla en 1949 precisamente tras perder la guerra civil contra el Ejército Popular de Liberación chino. Su candidato, Hou Yu Ih, se encuentra justo por detrás de Lai en las encuestas y defiende la existencia de “una sola China”, principio con el que el gigante asiático aborda sus políticas respecto a Taipéi.
El Kuomintang –de corte conservador– considera que Taiwán forma parte del territorio de China, pero también afirma que la propia isla puede ser una representante “legítima” de ese país. Así, muestra una postura mucho más cercana a Pekín y completamente opuesta al PPD.
En tercer lugar se encuentra Ko Wen Je, que fundó el Partido Popular de Taiwán (PPT) en 2019 y se define como un candidato “racional” con la vista puesta en mayor medida en cuestiones a nivel interno. Su figura ha ganado notoriedad especialmente entre los más jóvenes y se ha erigido como una opción alternativa a los partidos más tradicionales aunque su postura frente a China se acerca más a la del Kuomintang.
COLAPSO DE LA ALIANZA OPOSITORA
El Kuomintang ya había intentado previamente forjar una alianza con el PPT de cara a los comicios, pero las negociaciones se resquebrajaron debido a los desacuerdos entre ambas formaciones por la elección de su candidato conjunto.
A mediados de noviembre, el multimillonario Terry Gou, fundador y antiguo director ejecutivo del gigante tecnológico taiwanés Foxconn, anunció su retirada de la carrera electoral poco después de que la alianza opositora colapsara ante las diferencias entre los principales socios.
Gou, que se presentaba como candidato independiente, optó entonces por retirarse de la contienda habida cuenta de los pocos apoyos obtenidos, según señalaban las encuestas de intención de voto, que aventuraban mejores resultados para otros candidatos de la oposición taiwanesa.
Previamente, el Kuomingtang y el PPT habían llegado a un acuerdo para presentarse de forma conjunta con el objetivo de dejar fuera al PPD, si bien finalmente decidieron postular sus respectivas candidaturas de forma separada. Esta ruptura aumenta las posibilidades de que Lai se haga con la victoria y dé continuidad a las políticas de la hasta hora presidenta en su intento por consolidar el vínculo entre Washington y Taipéi.
La rivalidad entre los principales partidos de la oposición llegó a su punto más álgido durante una rueda de prensa conjunta celebrada en noviembre y en la que los candidatos de ambas formaciones intercambiaron reproches en directo. Esto supuso el fin de días de negociaciones sobre la alianza, partidaria de un mayor diálogo con China.
EL LEGADO DE TSAI
El partido de Tsai sigue insistiendo en que su opción es la única “democrática” que hace frente a la “dictadura” que representa el Gobierno chino y ha alertado del riesgo que supondría una victoria del Kuomingtang para los valores de la isla.
Las principales formaciones defienden que su planteamiento es mejor para preservar la paz en el estrecho de Taiwán; una mediante el acercamiento y el diálogo con Pekín y otra mediante el refuerzo de sus capacidades y la consolidación de alianzas internacionales que ofrezcan una imagen de renovada fortaleza a la isla.
No obstante, a pesar de que este factor influirá en la decisión de millones de votantes, la presencia del gigante asiático a nivel electoral parece haberse reducido respecto a procesos anteriores. Las medidas tomadas por Pekín hace cuatro años facilitaron en gran medida una victoria de Tsai, que vio en esta retórica un impulso a su candidatura.
Ahora, China ha acusado a Taiwán de “exagerar” su supuesta interferencia política en el proceso electoral y ha acusado a algunos sectores de la política taiwanesa de hablar de una amenaza militar que no se ajusta a la realidad, aunque ha vuelto a incidir en la importancia de mantener las distancias con terceros países, como Estados Unidos.
POSTURA DE EEUU
A medida que el Gobierno chino insiste en lograr una “reunificación pacífica” del territorio, un mayor número de personas dice sentirse cada vez más cerca de Taiwán que de China. Más de un millón de taiwaneses han cumplido recientemente los 20 años, la edad legal para votar en la isla, y acudirán este sábado a la que es su primera cita electoral.
Las autoridades estadounidenses, por su parte, han mostrado nuevamente su compromiso con la isla y su protección a medida que aumenta la tensión con Pekín. Taiwán se ha convertido así en el principal punto de fricción entre ambos países, una cuestión que ha llevado a China acusar a Estados Unidos de entrometerse en sus asuntos internos.
Washington, que trata de mantener una postura de ambigüedad, ha dicho estar dispuesto a intervenir en caso de que se produzca una incursión terrestre por parte de las tropas chinas, si bien ha abogado por evitar dar detalles sobre la verdadera extensión de su ayuda a la isla y la trascendencia de la misma.
Las relaciones con Pekín dependen en gran medida de un resultado electoral que repercutirá en toda la región, un momento clave bajo la amenaza de una posible anexión por parte de China.
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