MSF dice que estos fondos “no son ni de lejos suficientes para cubrir las enormes y crecientes necesidades de Sudán y de los países vecinos”
MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
La Conferencia Internacional Humanitaria para Sudán, celebrada este lunes en París y a la que han asistido representantes de 58 países, ha logrado recaudar más de 2.000 millones de euros para el plan de respuesta de la ONU, que pide 2.700 millones de dólares (unos 2.500 millones de euros) y que hasta ahora solo estaba financiado en un seis por ciento, con el objetivo de ayudar a paliar una de las crisis humanitarias más graves del mundo.
“En respuesta al llamamiento de financiación lanzado el 7 de febrero por Naciones Unidas, los donantes internacionales han anunciado hoy que movilizarán más de 2.000 millones de euros, incluidos casi 900 millones de euros de la Unión Europea y sus Estados miembro, para apoyar a las poblaciones civiles de Sudán y los países vecinos en 2024”, reza un comunicado del Ministerio de Exteriores de Francia.
Los participantes –entre los que también hay representantes de diferentes organismos de la ONU, de organizaciones regionales como la Unión Africana, la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD) o la Liga Árabe, y más de medio centenar de ONG como el Comité Internacional de la Cruz Roja–, han pedido al Ejército de Sudán y a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) que pongan fin al conflicto y respeten el Derecho Internacional Humanitario.
Asimismo, han instado a permitir el flujo “seguro y sin trabas” de la ayuda humanitaria por todo el territorio y a través de otros países.
Por su parte, Francia, Alemania y la Unión Europea, los organizadores del encuentro, han expresado su solidaridad y su apoyo a la población civil, que ha sufrido bombardeos indiscriminados, ataques por motivos étnicos y violencia sexual y de género por parte de ambos bandos.
En ese sentido, han considerado “esencial” la lucha contra la impunidad para “garantizar que los responsables de las atrocidades sean procesados y rindan cuentas”, y han garantizado que esta crisis “no caiga en el olvido”, tal y como venían denunciando numerosas organizaciones.
En respuesta, Claire Nicolet, responsable de emergencias de la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) en Sudán, ha indicado que “aunque es positivo que tantos países hayan mostrado su apoyo en la conferencia de donantes, 2.000 millones de euros no son ni de lejos suficientes para cubrir las enormes y crecientes necesidades de Sudán y de los países vecinos”.
“La ONU hizo un llamamiento por un total de 4.100 millones de dólares (unos 3.855 millones de euros), por lo que el acuerdo que se ha alcanzado hoy se queda muy corto”, ha sostenido, antes de apuntar que “es probable que estas promesas ayuden a ampliar la respuesta humanitaria en las zonas bajo control de las Fuerzas Armadas sudanesas, pero con el actual bloqueo al envío de suministros y de personal humanitario a las zonas bajo control de las RSF, millones de personas seguirán sin recibir ayuda”.
“Desde octubre no hemos podido llevar suministros a nuestros centros de salud en Jartum, y en el Hospital Turco, situado en el sur de la ciudad, solo nos queda el 20 por ciento de las existencias que deberíamos tener”, ha alertado. “Necesitamos urgentemente más suministros. Ya nos hemos quedado sin tratamiento contra la malaria y, por desgracia, eso ha supuesto la muerte de varios niños”, ha lamentado.
Así, ha hecho hincapié en que “esto no debería estar ocurriendo” y ha añadido que “es vital que se permita la entrada de la ayuda humanitaria a todas las zonas de Sudán para que se pueda ampliar realmente la respuesta humanitaria”. “En las zonas en las que trabajamos, a menudo somos la única organización humanitaria internacional presente, y sabemos que hay muchas otras zonas en Sudán en las que no hay absolutamente nadie prestando ayuda”, ha explicado.
“Además de esforzarse por aumentar la financiación, la ONU debe utilizar su influencia con las partes beligerantes para negociar el acceso, y esto debe hacerse a través de las líneas del frente y de las fronteras. Es absolutamente esencial y es lo único que evitaría que sigan muriendo más personas de manera innecesaria”, ha zanjado.
La guerra estalló el 15 de abril de 2023 a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar –ahora declarado como una organización terrorista– en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento de la transición abierta en 2019 tras el derrocamiento del régimen de Omar Hasán al Bashir.
Los combates han provocado que más de diez millones de personas se hayan visto obligadas a abandonar sus hogares en calidad de refugiados o de desplazados internos. Además, la falta de infraestructura en el país y los obstáculos a la entrega de ayuda humanitaria han provocado que la población se enfrente al hambre o a brotes de enfermedades como el cólera.
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