MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
Sudán del Sur ha accedido finalmente esta semana a la Convención Internacional contra las Municiones de Racimo, el tratado refrendado por Naciones Unidas y del que el país africano, una vez triste emblema del impacto de estas armas indiscriminadas, pasa a formar parte como estado número 112.
El acceso fue certificado el pasado jueves, 3 de agosto, en el principio de seis meses de plazo hasta la entrada en vigor de sus provisiones, que Sudán del Sur deberá cumplir en su integridad a partir del 1 de febrero de 2024.
“Buenas noticias para la Humanidad”, ha declarado la directora en funciones de la división sobre armas de la ONG Human Rights Watch (HRW), Mary Wareham. “Impedir nuevos usos de las municiones de racimo es un imperativo humanitario y de los Derechos Humanos”, ha añadido.
Las municiones de racimo se caracterizan por su amplio radio de acción. Por norma general, son instaladas en cohetes que esparcen la carga sin tener en cuenta los objetivos que va a alcanzar. Habitualmente poco fiables, las cápsulas detonadoras a veces no explotan y quedan sepultadas durante años o meses hasta que estallan en el momento en que alguien, niños generalmente, las manipula.
El país africano ratificó la convención en mayo de este año y ahora deberá incorporar sus provisiones a la legislación nacional. El tratado, adoptado por la ONU en 2008, prohíbe terminantemente todo “uso, transferencia, producción o almacenamiento” de esta munición.
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