Candidatos independientes progazacíes arrebatan escaños al Laborismo, un partido perseguido por acusaciones históricas de antisemitismo
MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
Un aspecto que el Partido Laborista tendrá que atender en medio del triunfalismo es el hecho de que ha perdido algunos de sus bastiones locales frente a candidatos independientes que han cimientado su campaña en un punto en común: la defensa de la población palestina frente a los bombardeos israelíes de la guerra de Gaza.
Esta cuestión se entronca con el talón de Aquiles que lleva persiguiendo desde hace años al Laborismo británico, las acusaciones de antisemitismo que se remontan, en la época contemporánea, a principios de 2000, cuando diputados laboristas como Tam Dalyell denunciaron la existencia de un “lobby judío” que dirigía en secreto la alianza estadounidense y británica en la guerra de Irak.
Los laboristas han conseguido un resultado espectacular en estos comicios, pero también tienen que aprender a reconciliar estas acusaciones con el hecho irrefutable, recuerda la cadena británica BBC, que bajado de media 11 puntos en las circunscripciones donde más de un diez por ciento de sus votantes se identifican como musulmanes.
Como ejemplo destaca lo ocurrido en Leicester Sur donde, después de 13 años, el laborista Jonathan Ashworth ha perdido su escaño. Las encuestas iniciales le atribuían una ventaja de 22.000 votos en una circunscipción con un 30 por ciento de población musulamana. En su lugar ha ganado el independiente Shockat Adam quien remachó en su discurso triunfal el pilar de su campaña: “Esto es por Gaza”.
El laborismo ha perdido cinco escaños en circunscripciones con una elevada proporción de población musulmana, ahora en manos de cuatro independientes como Adam y un conservador que se ha beneficiado del trasvase de votos laboristas a la diputada independiente Claudia Webbe. Iqbal Mohamed, Adnan Husain y Ayoub Khan son los otros nombres independientes que han conseguido escaño amparados en su campaña a favor del alto el fuego inmediato en Gaza y la rendición de cuentas de Israel por su ofensiva.
Las primeras valoraciones apuntan que el nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, parece que ha recuperado al electorado laborista judío que se tanto de había distanciado de la formación durante el liderazgo de Jeremy Corbyn (que tuvo que abrir una comisión de investigación interna ante las acusaciones de antisemitismo), pero también no hay que olvidar que el Partido Laborista lleva en su programa electoral el propósito de reconocer al Estado palestino, y que Starmer fue recibido el día de la votación a los gritos de “Palestina Libre” en su colegio electoral.
Se da la circunstancia, por otro lado, de que su mujer, Victoria Starmer, es judía practicante que observa la cena vespertina del Shabat, que se celebra los viernes. Este detalle es importante porque el Partido Conservador acusó a Keir Starmer de desentenderse de sus tareas como líder opositor. “A partir de las 18.00, (la vicepresidenta del partido) Angela Rayner está al mando”, escribió la cuenta de los Conservadores en la red social X. El mensaje fue rechazado de manera furibunda por la familia Starmer y por líderes judíos.
FRENO AL ANTISEMITISMO
De momento, la ONG Campaña contra el Antisemitismo ha anunciado que planteará a Starmer una serie de “medidas urgentes” para combatir el antisemitismo que, a su juicio, “se ha disparado” en todo el país desde el estallido de la guerra de Gaza el pasado 7 de octubre.
“Las encuestas que llevamos meses haciendo a los judíos británicos son prueba fehaciente del miedo generalizado que tienen hacia los extremistas antisemitas, ahora mismo descontrolados en todo el país, cuyas calles y universidades son los escenarios más visibles de los efectos de su odio”, ha manifestado el presidente del grupo, Gideon Falter, en un comunicado.
“El Partido Laborista”, añade, “ha tenido que enfrentarse al antisemitismo galopante en sus fuerzas durante los últimos años, y esperamos que en este momento de necesidad haga lo que sea necesario para afrontar el antisemitismo en la sociedad y defender a la comunidad judía de este país”.
De hecho, la ONG ha terminado apuntando directamente al que consideran como su bestia negra, Jeremy Corbyn, quien ha ganado un escaño como independiente en Islington Norte. El nuevo diputado por Islington Norte fue apartado temporalmente por el Partido Laborista, antes de su expulsión definitiva, por rechazar la mencionada investigación interna sobre antisemitismo, según él exagerada por razones políticas.
“El hombre que solía llamar a Hamás ‘sus amigos’ y supervisó la normalización del odio a los judíos en uno de los episodios más vergonzosos de la política británica moderna volverá a redactar nuestras leyes, y muchos judíos británicos tendrán muy difícil no darse cuenta de esto”, remata la organización.
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