MADRID, 26 (SERVIMEDIA)
El profesor de investigación en el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (ICP) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Manuel Ferrer Martínez ha advertido de que es posible reciclar, aunque de manera “ineficiente”, el 10% del plástico, pero aún no existe una solución “sostenible” para reducir la contaminación por partículas de plástico que se encuentran en los océanos, los suelos, el aire y el agua potable.
Así lo alertó en una conferencia que dictó en la Fundación Ramón Areces, organizada con la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (Sebbm), sobre ‘Cómo se pueden eliminar las partículas de plástico utilizando nanopartículas biológicas’.
A este respecto, el investigador urgió a “poner números al problema” y explicó que cada año producimos alrededor de 430 millones de toneladas de plásticos y “más de 52 millones de toneladas terminan contaminando el medio ambiente de forma visible”.
“De esta enorme cantidad, casi un millón de toneladas se descomponen en partículas diminutas, invisibles al ojo humano, que logran dispersarse incluso en los lugares más remotos del planeta”, añadió.
En paralelo, subrayó que los avances en modelado molecular e inteligencia artificial “han permitido transformar una proteína de una anémona que forma pequeños poros en nanopartículas biológicas con la capacidad de filtrar y degradar partículas de plástico a temperatura ambiente”, abundó.
REPROGRAMACIÓN
Uno de los aspectos que el profesor abordó en su conferencia es cómo se puede “reprogramar” una proteína que una anémona usa para “defenderse” y convertirla en una solución para la contaminación por partículas de plásticos.
Especialista en el uso de enzimas como elementos “clave” para la economía circular y la biomedicina, expuso algunas de las nuevas maneras existentes para combatir la contaminación por plásticos, destacando los avances en el desarrollo de enzimas.
“Los nuevos diseños presentados pueden ofrecer una tecnología sostenible para eliminar y reciclar eficazmente las partículas de plástico, por ejemplo, en aguas residuales y agua potable evitando así que puedan llegar a la cadena alimentaria”, concluyó.
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