MADRID, 22 (SERVIMEDIA)
Apenas 63 de 1.500 políticas climáticas puestas en marcha en 41 países entre 1998 y 2022 consiguieron reducciones significativas de gases de efecto invernadero.
Así se desprende de un nuevo análisis de aprendizaje automático dirigido por investigadores del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK, por sus siglas en inglés) y el Instituto Mercator de Investigación sobre Bienes Comunes Globales y Cambio Climático (MCC, en alemán), en colaboración con expertos de la Universidad de Oxford (Reino Unido), la Universidad de Victoria (Canadá) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
“Nuestros resultados proporcionan una perspectiva clara pero aleccionadora sobre el esfuerzo político necesario para cerrar la brecha de emisiones restante de 23.000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) para 2023”, según los autores.
Para alcanzar los objetivos climáticos del Acuerdo de París, es esencial saber qué políticas climáticas funcionan eficazmente a escala. Pese a la implementación de miles de políticas climáticas en todo el mundo durante las últimas dos décadas, hay poco consenso sobre qué iniciativas son más efectivas.
BASE DE DATOS
Annika Stechemesser, del PIK, y sus colegas utilizaron la base de datos de políticas climáticas de la OCDE (el inventario más completo en esta materia) para analizar la efectividad de 1.500 políticas climáticas entre 1998 y 2022.
También utilizaron una extensión basada en aprendizaje automático del enfoque estándar de diferencias en diferencias, una técnica estadística utilizada para estimar el efecto causal de una intervención (como una política climática) comparando los cambios en los resultados a lo largo del tiempo entre un grupo expuesto a la intervención y un grupo que no lo está.
De las 1.500 políticas climáticas, los autores identificaron solo 63 intervenciones de políticas que redujeron las emisiones totales entre 600 millones y 1.800 millones de toneladas de CO2.
Las políticas efectivas suelen implicar una combinación de subsidios y regulaciones que abordan diferentes fallos del mercado.
Los mecanismos de fijación de precios sobresalen en los sectores de la industria y la electricidad, mientras que una combinación de incentivos y regulaciones beneficia a los edificios y el transporte.
En los países en desarrollo, la fijación de precios fue menos efectiva, lo que indica que podrían ser necesarias medidas regulatorias y de subsidios iniciales.
CASOS DE ÉXITO
Los casos exitosos solo surgen cuando se combinan con incentivos fiscales o de precios, como se muestra en Reino Unido con la generación de energía a partir de carbón o en Noruega con los automóviles.
En el sector industrial, los sistemas piloto de comercio de emisiones de China redujeron significativamente las emisiones tras unos pocos años, complementados con menores subsidios a los combustibles fósiles e incentivos financieros más fuertes para la eficiencia energética.
En el ámbito eléctrico, Reino Unido logró importantes reducciones de emisiones mediante un precio mínimo del carbono, subsidios para la energía renovable y un plan de eliminación gradual del carbón.
Estados Unidos es un ejemplo de reducciones importantes de emisiones en el sector del transporte por la combinación de incentivos fiscales y subsidios para vehículos de bajas emisiones y estándares de eficiencia de CO2.
La reforma del impuesto ecológico y la introducción de peajes para camiones en Alemania es otra historia de éxito en el sector del transporte.
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