MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
La Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y las otras Toxicomanías (Socidrogalcohol) consideró este jueves “muy preocupante” el “elevado” consumo de psicofármacos entre los jóvenes y alertó del “elevado” consumo de psicofármacos con receta para trastornos sin indicación para ser medicados así como sin receta entre la población general.
Así lo advirtió en un comunicado publicado coincidiendo con la inauguración de sus 50 Jornadas Nacionales y su quinto Congreso Internacional, que hasta el sábado reunirá en Granada a cerca de 700 participantes que buscan “actualizarse” en el campo de las adicciones, incluyendo profesionales de campos como la psicología, la medicina, el trabajo social, la psiquiatría o la salud pública.
Entre los temas que se abordarán a lo largo del evento, la sociedad destacó el consumo de riesgo de cannabis, las políticas de abordaje del consumo de alcohol, el manejo de adicciones comportamentales, las nuevas drogas, las nuevas terapias de sustitución con opioides, el chemsex y el consumo de psicofármacos y la automedicación, teniendo en cuenta que, según los datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), España es el país con mayor consumo de benzodiacepinas del mundo y el consumo de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes está en sus niveles más altos de la historia.
En este contexto, Socidrogalcohol subrayó que la población que más psicofármacos consume son las mujeres, “particularmente” aquellas con edades comprendidas entre los 45 y los 64 años, según el informe ‘Mujeres y Psicofármacos’ del Gobierno vasco.
En paralelo, señaló que, según un estudio en el que participa el psicólogo y profesor de la Universidad Loyola de Sevilla y miembro de su junta directiva, Sergio Fernández Artamendi, en torno a un tercio de la población de entre 14 y 30 años los ha consumido alguna vez con o sin receta.
En este punto, entre las “preocupaciones” de los profesionales de las adicciones en torno al consumo de psicofármacos, esta sociedad científica hizo hincapié en el “elevado” consumo de psicofármacos con receta para trastornos sin indicación para ser medicados, si bien admitió que, “en ocasiones, sí es necesaria la prescripción y una combinación con terapia psicológica”. Junto a ello, insistió en el “elevado” consumo de psicofármacos sin receta, que, a su juicio, “revela un patrón de automedicación de los problemas de salud mental”.
Además, juzgó “muy preocupante” el “elevado” consumo de psicofármacos, con y sin receta, entre los jóvenes, teniendo en cuenta que, según la encuesta Estudes del Plan Nacional sobre Drogas, un 10,3% los ha probado y un 3,6% los consume “de forma habitual”, las cifras más altas de los últimos años.
A este respecto, Fernández defendió que los datos “reflejan” la existencia de un “malestar psicológico importante en los jóvenes”, pero también que el sistema sanitario “está medicando los problemas de salud mental de manera importante”, a tenor de la “tasa importante” de consumo de psicofármacos con receta médica.
“Si bien hay casos en los que esto puede ser necesario, el sistema sanitario necesita reforzarse. Necesitamos más médicos y enfermeras de atención primaria con tiempo para sus pacientes y que se les pueda brindar la continuidad asistencial real”, abundó, para reclamar también “más trabajadores sociales, con mayores recursos, más psicólogos en la sanidad pública y más psiquiatras”.
En este sentido, lamentó que, “a menudo”, ante la falta de “tiempo y recursos para una intervención psicológica adecuada” en el Sistema Nacional de Salud, se recetan psicofármacos, que, a su entender, “son un parche que permite salir del paso, de manera temporal, mientras se es atendido”.
Por todo ello, urgió a tratar este tipo de problemas de salud por parte de equipos multidisciplinares, que, “coordinados y con recursos suficientes”, puedan trabajar con la persona “de manera holística y completa”. Asimismo, abogó por llevar a cabo campañas de “sensibilización” sobre el “riesgo del uso y abuso de psicofármacos”, así como programas de “prevención” de los problemas de salud mental desde la “infancia temprana”.
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