Los embajadores de EEUU y la UE se suman al tributo en el cementerio de Borisovskoye
MOSCÚ, 16 (DPA/EP)
Los simpatizantes del fallecido opositor ruso Alexei Navalni han depositado este domingo flores en la tumba del activista en Moscú, un año después de su fallecimiento en prisión, donde cumplía condena por “extremismo y fraude” tras un proceso que el propio opositor denunció como la culminación de una larga persecución política orquestada por el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
La policía había permitido la entrada al cementerio de Borisovskoye pero grabó todos los procedimientos entre avisos de organizaciones contrarias al Kremlin sobre la posibilidad de arrestos durante el evento porque la fundación anticorrupción de Navalni está clasificada como “extremista” y prohibida en Rusia.
Entre los visitantes de la tumba aparecieron diplomáticos extranjeros, como la embajadora estadounidense, Lynne Tracy, y el embajador de la UE, Roland Galharague.
También se celebraron actos conmemorativos en otras ciudades rusas, incluidas San Petersburgo y Ekaterimburgo, informaron los medios rusos. En la ciudad de Novosibirsk, en Siberia, al menos cinco personas fueron arrestadas en un acto conmemorativo, informó el proyecto de derechos civiles OWD-Info.
El equipo de Navalni planea marcar el aniversario con una transmisión en vivo en línea, durante la cual amigos y asociados recordarán su trabajo. También se han previsto actos como concentraciones, proyecciones del documental ‘Navalny’ y vigilias.
La viuda de Navalni, Yulia Navalnaya, también ha invitado a la gente a una velada conmemorativa en la Iglesia Memorial del Káiser Guillermo en Berlín. En Instagram, escribió que no había pasado un día sin que pensara en Navalny, consultara con él en su mente y también discutiera con él. “Te quiero mucho. Te extraño mucho”, publicó.
El activista de 47 años, que figuraba en la lista de individuos y organizaciones involucradas en activistas terroristas o extremistas en Rusia, llevaba encarcelado desde su detención en enero de 2021 cuando regresó a Moscú desde Berlín, donde había estado recuperándose de un envenenamiento que él y los gobiernos occidentales atribuyeron al servicio de seguridad del presidente ruso.
Moscú, cabe recordar, rechazó las críticas por su fallecimiento y pidió esperar a los resultados oficiales de la autopsia. Sergei Narishkin, director del Servicio de Inteligencia Exterior ruso, achacó la muerte del opositor a “causas naturales”.
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