Estudiar los movimientos de estas especies permitirá analizar cómo está afectando el cambio climático y la gestión del territorio
MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
SEO/BirdLife marcará con GPS sisones comunes, búhos campestres, algunas rapaces amenazadas y cigüeñas negras para conocer sus movimientos en 2024 como parte del ‘Programa Migra’, su plan de seguimiento de aves en marcha desde 2011. El objetivo, según ha señalado, es estudiar el desplazamiento de estas especies para analizar cómo les afecta el cambio climático y la gestión del territorio.
El análisis de las rutas migratorias de las aves y sus zonas de invernada permite conocer el “estado de salud del planeta”, como ha manifestado la organización. Por ello, dada la “emergencia climática” y la “pérdida de biodiversidad”, SEO/BirdLife recaba información sobre el movimiento de distintas especies desde 2011 con su ‘Programa Migra’.
En concreto, la población del sisón común en España durante el periodo reproductor se ha estimado en 38.856 machos, según la organización. De este total, un 87% de la población se concentra en las estepas cerealistas de la mitad sur (Castilla-La Mancha, Extremadura, Andalucía, Madrid, Murcia y Comunidad Valenciana). Sin embargo, su evolución es “muy negativa”, como ha destacado SEO/BirdLife, ya que en 2016 quedaba tan sólo el 52% de los machos de sisón que existían en 2005; los dos últimos censos nacionales disponibles.
De este modo, el “objetivo prioritario” de la organización este 2024 es monitorizar varios ejemplares de sisón común, una especie “muy ligada a los medios agrícolas”. SEO/BirdLife busca conocer más sobre sus movimientos y los problemas que tienen en sus zonas de cría y de invernada y, a su vez, estudiar qué uso hacen del terreno. Dicha información contribuirá, según ha destacado, “muy positivamente” en la planificación de las instalaciones foto voltaicas.
Por otro lado, además de facilitar una buena planificación, los datos obtenidos permitirán conocer cómo pueden afectar a la biología de la especie los “miles de hectáreas de su hábitat que serán ocupadas con nuevas plantas de energías renovables”, como destacado la organización.
“Sus movimientos son totalmente desconocidos, aunque se sabe que no se desplazan al continente africano, desconocemos cómo se mueven entre provincias y comunidades autónomas y qué uso hacen del territorio durante la época reproductora, invernal y los desplazamientos fuera de esos dos periodos”, ha explicado el coordinador de Ciencia Ciudadana de SEO/BirdLife, Juan Carlos del Moral.
En este sentido, conocer el uso del territorio por parte de esta especie a lo largo del año es “clave”, como ha añadido del Moral, “para poder gestionar adecuadamente el mismo” y, a su vez, “hacer compatible la biodiversidad y las necesidades energéticas de una población de personas creciente”.
Así, SEO/BirdLife realizará un marcaje de 17 aves en las comunidades autónomas de Andalucía, Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid. Este proceso, según ha manifestado, se efectuará en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid y la implicación de centros de investigación como el Instituto de Recursos Cinegéticos del CSIC o el Centro Tecnológico y Forestal de Cataluña.
MONITOREO DEL BÚHO CAMPESTRE, LAS GRANDES RAPACES Y LA CIGÜEÑA NEGRA
La distribución del búho campestre se concentra en la submeseta norte de la península Ibérica, en la comarca de Tierra de Campos –principalmente en las provincias de Palencia, Zamora y Valladolid–, según la organización. Además, existen “citas de reproducción dispersas” por otras provincias, en su mayor parte en el valle del Ebro –en provincias como Navarra, Zaragoza, Huesca y Teruel. Las citas en la mitad sur de España son “mucho más escasas”, y se encuentran en el litoral mediterráneo, valle del Guadalquivir, Extremadura, Madrid y Castilla-La Mancha.
Sin embargo, en los años con “explosiones demográficas” de topillo campestre –roedor del que se alimenta esta especie de ave– la invernada del búho campestre es “importante” y en esa época se podría encontrar en gran parte del territorio español, como ha manifestado la organización.
Se trata de una especie con “migración transversal”, del este al oeste de Europa, un tipo de migración no tratado hasta ahora en el ‘Programa Migra’. Por ello, en 2024 SEO/BirdLife planea el marcaje de entre diez y veinte ejemplares en Castilla y León y en Andalucía en colaboración con el CSIC-IREC.
Asimismo, este año el ‘Programa Migra’ seguirá a grandes rapaces amenazadas como el águila imperial, águila perdicera, el águila real, buitre negro u otras grandes aves como la cigüeña negra. El objetivo es conseguir información que contribuya a identificar “puntos negros de accidentes y mortalidad” y disponer de datos del impacto que “estos problemas de infraestructuras crean en las poblaciones de aves amenazadas”.
NECESIDAD DE ESTUDIAR LAS RUTAS MIGRATORIAS
Desde el año 2011, SEO/BirdLife y la Fundación Iberdrola España colaboran en el ‘Programa Migra’ para estudiar la migración y la ecología espacial de las aves a través del marcaje con dispositivos de seguimiento remoto. En total, según SEO/BirdLife, ambas entidades han marcado 1.335 aves de 36 especies distintas, con una base de datos de “millones de localizaciones”, gracias a diversos colaboradores, tanto españoles como extranjeros.
Esta acción conjunta ha permitido la creación de una base de datos que, a medida que se complete, “permitirá conocer con todo detalle la ecología espacial de las aves a lo largo de todo el año para poder conservarlas en el futuro y evaluar el efecto que el cambio global está teniendo sobre ellas”, como señalan sus impulsores. Así, con este trabajo queda registrado el comportamiento migrador actual y, gracias a ello, se podrán establecer las comparaciones con su comportamiento en el futuro, además de documentar con información esos cambios.
Además del cambio climático, la alteración y desaparición de los hábitats y los distintos impactos que el ser humano ejerce sobre la naturaleza resultan, según SEO/BirdLife, en una modificación de la migración de las aves. Los cambios en las áreas de invernada, acortamiento de las rutas migratorias, sedentarización de las especies, o variaciones en la fenología migratoria son algunos de las variaciones que las entidades han detectado en las últimas décadas en las aves migratorias. Todo ello se debe, en gran parte, a la “transformación tremendamente rápida del territorio y del clima que genera la actividad humana”, concluye SEO/BirdLife.
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