MADRID, 18 (SERVIMEDIA)
Educo, Plan International, Save the Children, Aldeas Infantiles, Tierras de Hombres y World Vision advirtieron este jueves de que “millones de niños y niñas” se encuentran “en riesgo de muerte” si la comunidad internacional no toma “acciones urgentes” para evitarlo.
Las seis ONG, agrupadas en la ‘Alianza Joining Forces’, emitieron un comunicado en el que destacaron que los chavales “suelen verse afectados de forma desproporcionada por las crisis de hambre y nutrición, tanto a corto como a largo plazo”, corriendo un “mayor riesgo de mortalidad”, como ocurrió en la hambruna que sufrió Somalia en 2011, cuando la mitad de las 260.000 personas que murieron eran niños menores de cinco años.
A ello se añade que los niños que sobreviven a periodos de desnutrición aguda tienen “impactos de por vida, con el riesgo de que se produzcan retrocesos generacionales en comunidades de todo el mundo”.
Estas organizaciones denunciaron que las crisis de hambre suelen ser particularmente graves para las niñas, ya que, cuando los alimentos escasean, suelen comer menos y en último lugar, mientras que las adolescentes tienen mayores necesidades de hierro debido a la llegada de la menstruación, y corren un “riesgo especial de desnutrición” durante el embarazo, lo que se traduce en mayores posibilidades de abortos espontáneos y mortalidad materna, y en mortinatos (niños que nacen muertos), muertes de recién nacidos, bajo peso al nacer y retraso en el crecimiento para sus hijos.
También expusieron que la inseguridad alimentaria aumenta la vulnerabilidad de los niños, especialmente de las niñas, ya que puede provocar la separación familiar, el trabajo infantil, el reclutamiento y la utilización por parte de las Fuerzas Armadas y de grupos armados, estrés psicológico, abandono, matrimonios forzados, diferentes formas de violencia sexual y de género, embarazos precoces, explotación sexual, abuso y acoso.
Del mismo modo, pusieron de manifiesto que el hambre pude vaciar las aulas, puesto que los muchachos tienen demasiada hambre para ir las escuelas o porque las familias, ante las necesidades económicas, se ven obligadas a sacarlos del colegio.
El abandono de sus estudios se traduce que estos niños y niñas no puedan acceder a los programas de alimentación escolar, que contribuyen a la asistencia a clase e incluso a la graduación, además de ser un dique de contención frente al matrimonio, el trabajo infantil y la desnutrición.
Por todo ello, las seis ONG reclamaron a sus donantes y los gobiernos que garanticen una “financiación rápida, flexible y plurianual”, que prioricen las necesidades de la infancia en las respuestas multisectoriales, que aumenten la dotación presupuestaria de los programas de alimentación escolar y la inversión en los sistemas educativos para que se suministre comidas en las escuelas, que incrementen los recursos para la “acción anticipatoria, la resiliencia y la preparación”, que refuercen las medidas de protección social y transformen las desigualdades de género y que actúen diplomáticamente para “prevenir la hambruna, proteger a los civiles y proteger el acceso humanitario a los conflictos, ahora y en el futuro”.
Por último, ellas mismas se comprometieron a proporcionar una “respuesta multisectorial que priorice las necesidades interconectadas de los niños y niñas en las crisis alimentarias con enfoque de edad y género”, a priorizar “la seguridad, la dignidad y el bienestar” de los chavales en los programas para cumplir con “el principio de no hacer daño”, a “garantizar que las respuestas aborden las necesidades específicas de edad, género y diversidad” y a “apoyar y fortalecer las respuestas lideradas localmente, incluyendo el apoyo a las organizaciones locales, infantiles y juveniles”.
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