MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
La coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española de Sueño(SES), María José Martínez, ha destacado que “tratar y gestionar los trastornos del sueño tiene un impacto positivo en la prevención y el control de la diabetes”.
Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, que se celebra el 14 de noviembre, la SES ha recordado la relación bidireccional que mantiene esta enfermedad metabólica crónica grave con el sueño.
Martínez ha apuntado que hay trastornos del sueño como la apnea obstructiva del sueño y el insomnio crónico que se han asociado directamente con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
En general, según la experta, un déficit continuado de sueño continuado estaría asociado a un aumento del riesgo de sufrir diabetes tipo 2, tal y como han demostrado ya numerosos estudios epidemiológicos y experimentales. Este impacto de la falta de sueño sobre el riesgo de desarrollar la enfermedad, indica Martínez, se debe a diversos mecanismos subyacentes, entre ellos los cambios en la regulación de los niveles de glucosa, la resistencia a la insulina, los cambios en las hormonas reguladoras del apetito o el estrés oxidativo y la inflamación que provocan dormir poco y mal.
“El sueño adecuado desempeña un papel crucial en la regulación de los niveles de glucosa en sangre. La privación de sueño puede alterar esta regulación, lo que resulta en una mayor fluctuación de los niveles de glucosa y un mayor estrés en el sistema de control de la glucosa. En el mismo sentido, un sueño insuficiente puede provocar una mayor resistencia a la insulina, lo que puede llevar a un aumento de los niveles de glucosa en sangre, un factor de riesgo para el desarrollo de la diabetes tipo 2”, ha explicado la experta.
Asimismo, la portavoz de la SES ha añadido que la falta de sueño también puede afectar a las hormonas que regulan el apetito, como la leptina y la grelina, lo que puede llevar a un aumento en la ingesta de alimentos y al almacenamiento de grasas, lo que contribuye al riesgo de diabetes. “Las personas que duermen menos tienden a tener un mayor apetito por alimentos ricos en carbohidratos y azúcares, lo que puede contribuir al aumento de peso y al riesgo de diabetes, además de que si dormimos menos horas aumentamos el tiempo de probabilidad de ingestión de comida”, ha subrayado Martínez.
Según la doctora, este impacto de la falta de descanso sobre las posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2 se ve especialmente en las personas que trabajan a turnos y que, por lo tanto, además de dormir menos tampoco pueden tener horarios regulares de comida: “Las personas que trabajan en turnos rotatorios o nocturnos a menudo experimentan desórdenes en sus patrones de sueño. Además, el hecho de no poder mantener horarios regulares provoca que en muchos casos terminen comiendo a deshoras o picoteando continuamente, reduciendo así el periodo de ayuno, lo que dificulta la regulación de la glucosa en sangre”.
Para la SES, la relación entre diabetes y sueño es bidireccional porque las personas con diabetes presentan una mayor probabilidad de experimentar trastornos del sueño en comparación con la población en general. Entre las distintas razones de esta relación, enumera la portavoz de la SES, estarían la hiperglucemia nocturna, que puede dar lugar a síntomas que interrumpen el sueño, como la necesidad de orinar con frecuencia, la sed intensa y la sudoración nocturna; así como la neuropatía diabética, una complicación común de la diabetes que puede causar dolor, hormigueo o entumecimiento en las extremidades.
Unos síntomas que “pueden empeorar por la noche y dificultar conciliar o mantener el sueño”, ha resaltado Martínez, quien considera que es un problema, porque la falta de sueño puede incrementar el riesgo de complicaciones en personas con diabetes.
“Al final, como hemos destacado, la falta de sueño afecta al control glucémico y aumenta el riesgo cardiovascular. Además, puede elevar la presión arterial, lo que es problemático para las personas con diabetes, ya que la hipertensión es otra complicación común de la diabetes”, ha argumentado.
La coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología ha destacado la importancia de que las personas con diabetes o en riesgo de diabetes “presten atención” a la calidad de su sueño y busquen tratamiento si experimentan trastornos del sueño, “para ayudar de esta forma a mantener unos niveles de glucosa en sangre saludables y reducir el riesgo de complicaciones relacionadas con la diabetes”.
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