MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
La vacunación materna “consigue aumentar la concentración de anticuerpos IgG frente a un patógeno específico y permite la transferencia de dichos anticuerpos a través de la placenta para proteger a los recién nacidos y lactantes en los primeros meses de vida”, según ha explicado la jefa del Servicio de Pediatría del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, Rosa Rodríguez.
“Los lactantes en los primeros seis meses de vida tienen una respuesta inmune inhibida, por lo que en esta época son más vulnerables a infecciones graves. Si vacunamos a los recién nacidos, tardarán hasta cinco semanas en obtener respuestas de anticuerpos en concentraciones adecuadas para protegerse. Sin embargo, la vacunación materna permite al recién nacido tener concentraciones elevadas de IgG desde el momento del nacimiento, por lo que ese periodo vulnerable se minimiza”, ha puntualizado la especialista.
Durante la novena edición del área formativa Campus Vacunas, una iniciativa promovida por Pfizer en el marco del 69º Congreso de la Asociación Española de Pediatría (AEP) celebrado en Granada, diferentes expertos han analizado la estrategia de la vacunación materna.
En este sentido, Rodríguez ha indicado que, en la actualidad, en España las mujeres embarazadas se pueden vacunar frente a gripe inactivada, pertussis (tosferina) y Covid-19. “En general están recomendadas las vacunas muertas o inactivadas y están contraindicadas las vacunas vivas como la Triple vírica, varicela, BCG y gripe viva”, ha comentado Rodríguez.
Asimismo, ha añadido que en circunstancias especiales se puede plantear inmunizar a las madres frente a neumococo, meningococo, fiebre amarilla, cólera o rabia y que se encuentran en fase de investigación otras vacunas maternas frente al estreptococo del Grupo B, el citomegalovirus, la malaria, el zika y el virus respiratorio sincitial (VRS).
Respecto a la vacuna materna frente al virus respiratorio sincitial (VRS), la jefa del Servicio de Pediatría del Hospital Gregorio Marañón, ha destacado que, cuando esté disponible, permitirá a los profesionales contar con una nueva estrategia para toda la cohorte de nacimiento para la prevención del VRS, una infección que causa cada año entre tres y cuatro millones de hospitalizaciones de lactantes en todo el mundo y que supone una icarga de enfermedad para Pediatría, tanto en Atención Primaria como a nivel hospitalario y en urgencias pediátricas, dado que afecta a niños muy pequeños que en muchas ocasiones necesitan soporte respiratorio, oxigenoterapia e incluso ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP).
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