El neurocirujano y director médico del Centro Nacional de Estimulación Magnética Transcraneal (NEUROCAVIS), Fernando Sanjuán Martín, ha destacado que, a día de hoy, “las evidencias disponibles indican que en las personas con ansiedad, depresión o ideación suicida, se logran mejorías significativas en cuatro de cada cinco pacientes” con el uso de la estimulación magnética transcraneal profunda.
Así lo ha expresado durante su intervención en la mesa de debate ‘Estimulacion Magnética Transcraneal: tratamiento transdiagnostico’, enmarcada en el programa científico del 25º Congreso de la Sociedad Española de Patología Dual, que reúne estos días en Sevilla a más de 1.500 psiquiatras, psicólogos y profesionales sanitarios vinculados al ámbito de la salud mental.
La Estimulación Magnética Transcraneal (EMT) es una tecnología de neuromodulación con casi cuatro décadas de recorrido que busca la modificación del sistema nervioso, especialmente el cerebro y la médula, a través de la aplicación de estímulos magnéticos.
El objetivo de esta técnica, utilizada en el abordaje de trastornos mentales, es influir en la sinapsis neuronal. Es decir, en la forma de comunicación entre las células del sistema nervioso por medio de neurotransmisores (dopamina, serotonina) que son los encargados de enviar señales de una neurona a otra próxima.
Esta tecnología obtuvo un gran impulso a partir del 2013, cuando investigadores de la Universidad de Stanford descubrieron una forma más precisa y efectiva de influir simultáneamente sobre la superficie y las regiones profundas del cerebro, sin producir molestias ni efectos adversos que limitaran las actividades de la vida diaria: la Estimulación Magnética Transcraneal Profunda (EMTP).
El uso de la Estimulación Magnética Transcraneal Profunda fue aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) en 2013 y varios años después por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Su expansión se ha producido de forma ininterrumpida desde entonces en EEUU, pero, según ha señalado el experto, está práctica está encontrando más dificultades para afianzarse en el territorio europeo.
“Esto se debe a distintos motivos, entre ellos la competencia entre fabricantes de equipos de EMT de superficie y profunda, y a las reticencias de no pocos profesionales y de la población a lo desconocido. Otro factor a considerar es la falta de cobertura por parte de la Administración y entidades aseguradoras privadas”, ha declarado.
Circuitos cerebrales comunicados por neurotransmisores (por ejemplo, la dopamina y la serotonina) proporcionan a las personas el estado de equilibrio y bienestar emocional. Sin embargo, su disfunción lo altera y conduce a enfermedades como la depresión, el trastorno bipolar, el trastorno obsesivo compulsivo o la esquizofrenia, inestabilidad mental en definitiva que, a su vez, se asocia con mayor prevalencia de distintas adicciones (a sustancias y comportamientos), lo que constituye la patología dual, algo que agrava el curso evolutivo del paciente.
Por otra parte, la relación entre adicciones y otros trastornos mentales es compleja y bidireccional, ya que ambas condiciones pueden influenciarse mutuamente y agravarse entre sí.
“La EMT de superficie y, especialmente, la EMT profunda, están diseñadas para dirigirse profusamente hacia los circuitos cerebrales de recompensa alterados, provocando la modulación de los neurotransmisores y mejorando la patología dual”, ha explicado el neurocirujano, que considera que estas nuevas técnicas de psiquiatría de precisión “complementan y mejoran” las respuestas ofrecidas por los fármacos.
En este sentido, ha añadido que, “tras muchos años de desarrollo y utilización de medicamentos aplicados a procesos mentales, tan solo se han alcanzado respuestas aceptables”. “Por ello, no debemos sentirnos excesivamente satisfechos, ya que, en líneas generales, las respuestas y beneficios no son superiores al 50 por ciento en los pacientes tratados, considerando globalmente las distintas patologías”, ha apuntado el experto.
En los casos de patología dual, el proceso de recuperación “se complica y requiere gran fuerza de voluntad”, sobre todo cuando una vez superada la dependencia física las personas se encuentran en situaciones que afectan y despiertan (craving) nuevos deseos de retomar la adicción.
“La Estimulación Magnética Transcraneal Profunda, por ejemplo, incrementa los beneficios globales de los fármacos hasta el 80 por ciento en casos de adicción asociados a una depresión resistente”, ha apuntado el doctor Sanjuán, que ha destacado la importancia de que la Estimulación Magnética Transcraneal Profunda se integre “de forma rutinaria y normalizada” en el arsenal terapéutico de los especialistas implicados en las enfermedades psiquiátricas y neurológicas, tanto a nivel público como privado.
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