MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
Una investigación de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) ha identificado los meses en el que las personas tienen pensamientos suicidas más intensos: unos meses antes del pico de suicidios, que se suele producir en primavera/principios de verano.
El estudio, publicado en la revista científica ‘Translational Psychiatrya’, también ha demostrado que el pico diario de pensamientos suicidas se produce entre las 4 y las 5 de la madrugada.
La mayoría de la gente asume que las tasas de suicidio son más altas en invierno, pero es en primavera y principios de verano cuando se produce el pico de conductas suicidas.
Durante un periodo de seis años, estos investigadores recogieron respuestas de más de 10.000 personas de Reino Unido, Estados Unidos y Canadá que completaron cuestionarios sobre su estado de ánimo y sus pensamientos e ideaciones en torno al suicidio. También incorporaron datos sobre el número de autolesiones.
El estudio muestra que los pensamientos suicidas son, de hecho, más elevados en invierno (diciembre), y desarrollaron un modelo conceptual de por qué el comportamiento suicida tarda unos meses en alcanzar un “punto de inflexión”.
También descubrieron que entre las 4 y las 6 de la mañana es cuando las personas son más vulnerables a quitarse la vida. Además, observaron un aumento general de las ideas negativas sobre la autolesión a lo largo de los seis años que duró el estudio.
“Está bien documentado que el invierno es la época en la que las personas con problemas de salud mental pueden sufrir un empeoramiento del estado de ánimo y depresión; de hecho, el trastorno afectivo estacional es un problema reconocido relacionado con el cambio de estación que afecta a la salud mental de muchas personas. Por eso puede sorprender que la primavera, una época en la que se supone que el estado de ánimo de la gente mejora, sea en realidad la época del año en la que las personas corren más riesgo de quitarse la vida”, ha comentado uno de los líderes del trabajo, Brian O’Shea, de la Universidad de Nottingham.
Según los investigadores, las razones detrás de estos hallazgos son “complejas”, pero la investigación muestra que los pensamientos suicidas y el estado de ánimo son peores en diciembre y mejores en junio.
“Entre estos dos puntos, hay un mayor riesgo de comportamiento suicida, y creemos que esto ocurre porque las mejoras graduales en su estado de ánimo y energía pueden permitirles planificar y llevar a cabo un intento de suicidio. La comparación relativa entre la mejora del estado de ánimo propio y ajeno a un ritmo percibido como mayor son posibilidades complementarias que necesitan más pruebas”, ha esgrimido el científico.
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