MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El inicio de la campaña de vacunación antigripal ha arrancado más despacio en comparación con el mismo período del año pasado, hasta el momento, el 60,5 por ciento de los mayores de 65 años se han vacunado, representando una reducción del 3 por ciento respecto a la temporada anterior, según el análisis del Gripómetro, el estudio demográfico de Sanofi que monitoriza la evolución de las coberturas de vacunación frente a la gripe en diversos grupos poblacionales.
El informe indica que esta situación se debe a varios factores, como el clima favorable en algunas zonas, que redujo el sentido de urgencia para vacunarse. En este sentido, apunta que la variabilidad regional es evidente en la evolución de las coberturas, con un descenso del 3-8 por ciento en la mayoría de las comunidades autónomas. No obstante, Cantabria, Valencia y Extremadura mejoran sus coberturas de vacunación, mientras que Cataluña y Navarra mantienen los índices en comparación al año anterior.
El análisis señala que algunas comunidades autónomas también se han enfrentado a desafíos logísticos, especialmente en la coordinación de la vacunación junto con las dosis de refuerzo frente a la Covid-19. Esto ha generado una variedad de situaciones en todo el país, en la que no todas las regiones han comenzado la vacunación al mismo tiempo, observándose diferencias destacables en las tasas de cobertura según la zona.
El Gripómetro apunta que, en las dos anteriores campañas de vacunación, la coadministración de las vacunas frente a la gripe y la Covid-19 “actuaron como un motor impulsor para alcanzar mejores coberturas, ya que las personas aprovechaban la oportunidad de protegerse ante ambas enfermedades simultáneamente”. Sin embargo, considera que la reciente disminución en la vacunación frente a la Covid-19 ha desencadenado un efecto colateral en las cifras de cobertura de la vacuna antigripal.
En este mismo contexto, los profesionales perciben también cierta sensación de hartazgo entre la población en relación con las vacunas, posiblemente como un efecto post pandemia.
“La gente no debe pensar que como el riesgo pandémico ha disminuido los virus y el resto de microrganismos han desaparecido. La realidad es que las enfermedades infecciosas, como la gripe, existen y seguirán existiendo al igual que las personas vulnerables, las embarazadas o los sanitarios. La vacunación de gripe forma parte de un estilo de vida saludable y ha demostrado su efectividad reduciendo el riesgo de complicaciones graves, infarto, ictus, ingreso hospitalario o en UCI y la ventilación mecánica asociada. Todo ello subraya la importancia continua de la vacunación gripal como medida preventiva fundamental de los efectos graves incluida la muerte por gripe”, ha explicado el director emérito del Centro Nacional de Gripe, Raúl Ortiz.
FALTA DE CONCIENCIACIÓN ENTRE LOS NUEVOS GRUPOS
En un cambio para la temporada actual, se ha extendido la recomendación de vacunación a la población mayor de 60 años, reconociendo este segmento de edad como grupo de riesgo en todas las comunidades autónomas. A pesar de ello, la cobertura en el grupo de personas de entre 60 y 64 años se reduce un 4 por ciento respecto al año anterior, situándose en un 27 por ciento hasta el momento, lo que refleja una falta de concienciación aun mayor a la del año anterior en estas fechas, cuando la cuota de vacunación era del 31 por ciento.
La baja percepción de riesgo asociado a la infección de la gripe que se destaca en los datos del Gripómetro se apunta como uno de los factores clave para entender este fenómeno y subraya la importancia de aumentar la conciencia sobre la necesidad de la vacunación en este grupo de alto riesgo.
La gripe se sigue percibiendo en todos los grupos de edad como una enfermedad de poca gravedad, y persiste también un alto desconocimiento sobre las posibles complicaciones derivadas de la infección como los accidentes cardiovasculares, los problemas renales o la diabetes. El estudio informa que solo un 20-25 por ciento de la población afirma ser conocedora de estas consecuencias.
“Es especialmente relevante como solo el 39,7 por ciento de los diabéticos, el 35,3 por ciento de quienes tienen problemas de riñón y el 26 por ciento de aquellos con afecciones cardíacas son conscientes de cómo la gripe puede agravar sus condiciones respectivas”, apuntan los expertos.
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