MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
Muchos virus comunes responsables de enfermedades infantiles establecen un hogar de por vida dentro de los humanos, según se ha evidenciado en un nuevo estudio realizado en la Universidad de Helsinki y publicado en ‘Nucleic Acids Research’.
“Nuestra investigación demuestra que la presencia de múltiples tipos de virus en órganos como los riñones, el hígado, el corazón y el cerebro es más una regla que una excepción”, dice Lari Pyöriä, investigador de la Universidad de Helsinki y autor principal del estudio.
El estudio es el primero en rastrear la distribución y la coexistencia de hasta 12 tipos de virus diferentes en nueve órganos de un individuo.
A diferencia de la microbiota bacteriana que coloniza el cuerpo humano, principalmente en las mucosas y la piel, estos virus persisten dentro de las células. “Son como visitantes que vienen por un día o dos, pero terminan instalándose para vivir dentro de nosotros y, para evitar ser eliminados, los virus deben modificar sus células huésped y el sistema inmunológico”, afirma la investigadora principal y directora del estudio, la doctora Maria Perdomo.
Los investigadores examinaron muestras de tejido de 31 personas fallecidas recientemente. Los órganos incluyeron colon, hígado, pulmón, corazón, cerebro, riñón, piel, sangre y cabello, y se analizaron mediante secuenciación de próxima generación y PCR. El estudio se centró en los virus de ADN humano, entre los cuales se identificaron 17 virus.
Los investigadores creen que estos virus persistentes pueden influir, directa o indirectamente, en el desarrollo de enfermedades crónicas como el cáncer o enfermedades autoinmunes. Sin embargo, establecer un vínculo está lejos de ser sencillo. Según Perdomo, muchas especies de virus comunes han evolucionado junto con los humanos durante millones de años, y existen muchos mecanismos, beneficiosos o perjudiciales, mediante los cuales los virus pueden contribuir a la salud
“Nuestras observaciones alientan más investigaciones sobre la interacción entre el viroma, otros microbios y el cuerpo humano. El equilibrio dinámico entre estos actores puede tener un profundo impacto en nuestro bienestar”, dice Perdomo.
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