MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
Las temperaturas registradas en España, Portugal, Marruecos y Argelia durante este mes de abril serían “casi imposibles” de alcanzar sin el cambio climático antropogénico, según un estudio de atribución realizado por un equipo internacional de científicos del clima y que forman parte del grupo World Weather Attibution.
El trabajo científico, presentado este viernes, concluye que el cambio climático hizo que las temperaturas récord de abril en el Mediterráneo occidental fueran al menos cien veces más probables que sin este fenómeno y que esta ola de calor o episodio de temperaturas inusuales para el mes de abril, como lo ha denominado la Agencia Estatal de Meteorología fueran “casi imposibles” sin el impacto antropológico en el clima.
A finales de abril, zonas del suroeste de Europa y del norte de África experimentaron una “ola de calor masiva”, con temperaturas extremadamente altas nunca alcanzadas previamente en la región en esta época del año, ya que en los cuatro países analizados las máximas oscilaron entre los 36,9 y los 41 grados centígrados (ºC).
Además, el grupo de expertos señala que este evento batió récords de temperatura por un “amplio margen” y en el contexto de una “intensa sequía”.
En todo el mundo, el cambio climático ha provocado que las olas de calor sean más habituales, más largas y más cálidas y para cuantificar el efecto del cambio climático en estas temperaturas altas, los científicos analizaron los datos meteorológicos desde finales del siglo XIX, con el clima del pasado, de acuerdo con los métodos de revisión de pares.
Este análisis se centró en la media de las temperaturas máximas durante tres días consecutivos en el mes de abril en el sur de España y Portugal, en la mayor parte de Marruecos y en el noreste de Argelia.
Los investigadores hallaron que el cambio climático ha provocado que las olas de calor son al menos cien veces más comunes con anomalías térmicas positivas de más de 3,5ºC más cálidas de lo que serían sin los efectos del cambio climático.
Además, calcularon que este evento sigue siendo inusual, incluso con el gran aumento en la probabilidad debido al calentamiento causado por el hombre, lo que indica que habría sido casi imposible sin el cambio climático.
Asimismo, otros análisis del calor extremo en Europa reflejan que las temperaturas extremas están aumentando más rápido en esta región incluso de lo que predijeron los modelos climáticos. Se trata de una cuestión que está actualmente bajo una intensa investigación.
Los investigadores afirman que hasta que se detengan las emisiones generales de gases de efecto invernadero, las temperaturas globales seguirán aumentando y advierten de que eventos como este serán más frecuentes y severos. Por ejemplo, si la media global de temperaturas aumenta 0,8 grados centígrados adicionales, hasta un calentamiento total de 2ºC las olas de calor como esta de abril podrían incluso ser de media 1ºC más calurosas.
Mientras que la población mediterránea no es ajena a las altas temperaturas, su ocurrencia en el mes de abril combinada con la actual sequía está incrementando los impactos.
El estudio ha sido dirigido por una decena de investigadores que forman parte del World Weather Attribution group, entre los que figuran científicos de universidades y de las agencias meteorológicas de Francia, Países Bajos y Reino Unido.
Entre ellos, la profesora asociada de la Universidad Politécnica Mohammed VI de Marruecos Fatima Driouech, ha destacado que esta intensa ola de calo ha llegado en la cúspide de una sequía de varios años, lo que ha exacerbado la falta de agua en las regiones del Mediterráneo occidental y amenazan las cosechas de 2023.
“Según el planeta se calienta, estas situaciones serán más frecuentes y será necesaria una planificación de largo plazo, incluida la implantación de modelos agrícolas sostenibles y políticas de gestión de agua efectivas”, ha demandado.
En la misma línea, el asesor senior de clima en la Cruz Roja y la Media Luna Roja, Roop Singh, ha alertado de que las olas de calor tempranas tienden a ser más mortales, porque las personas aún no han preparado sus hogares ni se han aclimatado a las temperaturas del verano.
Así, Singh ha puesto de ejemplo a España, donde han observado que las medidas de adaptación a las olas de calor se han implementado antes de lo habitual, que es “exactamente el tipo de acción de adaptación al calor que se necesita para reducir las muertes evitables por calor”.
Desde el Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente, el profesor titular Friederike Otto, ha subrayado que el Mediterráneo es una de las regiones más vulnerables al cambio climático en Europa, ya que esta zona ya está experimentando una “muy intensa y de larga duración sequía y estas altas temperaturas” en una época del año en la que debería estar lloviendo, lo que empeora la situación.
“Sin una rápida paralización de la quema de combustibles fósiles y una adaptación a un clima más cálido y seco, las pérdidas y daños en la región seguirán aumentando drásticamente”, ha alertado.
Por último, el investigador del Real Instituto Meteorológico de Países Bajos, Sjoukje Philip, ha señalado que las temperaturas récord han vuelto a batirse por un amplio margen, igual que en otras recientes olas de calor por todo el mundo.
“El hecho de que las tendencias de temperaturas en la región son mayores de lo que los modelos predicen muestra que necesitamos entender mejor los efectos del cambio climático a nivel regional para poder, asimismo, adaptarse a eventos de calor incluso más extremos en el futuro”, ha concluido.
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