MADRID, 02 (SERVIMEDIA)
El 83,7% de los niños con edades comprendidas entre 6 y 9 años lee libros en su tiempo libre de forma voluntaria; mientras que los adolescentes son los que más se inclinan a leer en formato digital, cambiando la literatura por páginas web y textos en redes sociales. A pesar de ello, los índices de lectura “caen estrepitosamente” a partir de los 18 años.
Así consta en la 14ª edición del ‘Anuario Iberoamericano sobre el Libro Infantil y Juvenil 2023’, que ofrece información detallada sobre el sector en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, México, Perú, Puerto Rico y República Dominicana y cuyas conclusiones publicó este martes la Fundación SM.
El trabajo analiza el bienio comprendido entre 2021 y 2022, que coincide en el tiempo con la vuelta a una cierta normalidad tras la pandemia, con la aparición de nuevos hábitos de lectura derivados del confinamiento, marcados por el auge de la lectura digital, el impulso del cómic y la aparición de nuevos géneros.
Lo anterior ha supuesto que los índices de lectura en niños y jóvenes hayan sido los de mayor crecimiento en este periodo, como lo atestigua que el 83,7% de los menores entre 6 y 9 años lee libros en su tiempo libre voluntariamente. Del mismo modo, los adolescentes prefieren leer en formato digital y cambian la literatura por páginas web y textos en redes sociales.
A pesar de ello, los índices de lectura “caen estrepitosamente” a partir de los 18 años, según el informe.
El álbum ilustrado sigue siendo el ‘género’ preferido entre los chavales y para la lectura mediada en la familia, la escuela y las bibliotecas; mientras que las sagas dirigidas al público infantil y juvenil gozan de buena salud.
El fenómeno ‘young adult’ ha tenido un enorme impacto en España y la novela histórica está cautivando cada vez a un mayor número de chavales. En contraste, el interés por las distopías, un tradicional nicho de este segmento de la población, se estanca.
La poesía infantil ha recuperado progresivamente el hueco que siempre tuvo y se constata que varias editoriales de literatura infantil y juvenil han ido incluyendo en sus catálogos obras de teatro pensadas para niños y adolescentes.
Por último, el trabajo pone de manifiesto que el 43% de los cómics lanzados al mercado en el tiempo que comprende el estudio era infantil, lo que se debe a diversas razones, entre las que se encuentran el aumento de la lectura tras el confinamiento, el repunte del manga (copa el 30% de los títulos del género) y la creación de colecciones específicas de cómic infantil.
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