MADRID, 25 (SERVIMEDIA)
Las artes deberían constituir la materia troncal del programa educativo, al menos, hasta la mitad de la educación Primaria. Así lo defendió el neuro-educador y biólogo, David Bueno, durante su participación en los encuentros audiovisuales ‘Education Talks’, que organiza la Universitat Abat Oliba CEU de Barcelona.
Según explicó, se ha demostrado que “actividades tradicionalmente consideradas de segunda categoría, como el arte, la música o el teatro son las que más favorecen la neuro-plasticidad”. Por esta razón, las artes deberían ser el eje transversal que estructure la educación en los primeros años escolares. Es decir, durante la Infantil y la primera parte de la Primaria.
En este sentido, sin obviar la importancia de materias como la lengua o las matemáticas, cree que, en los primeros estadios educativos, éstas deberían ser “ramas que salen del tronco común de las artes”.
En una conversación con la neuropsicóloga de la Universitat Abat Oliba CEU, Marina Fernández Andújar, Bueno reflexionó sobre las aportaciones que la neuroeducación ha realizado al mundo educativo durante las dos últimas décadas. Se trata de un enfoque multidisciplinar que permite “entender cómo cambia el cerebro en relación con los procesos educativos y cómo los procesos educativos pueden influir en el desarrollo”. Es decir, las evidencias de la neuroeducación invitan a prestar atención a “cómo aprendemos”.
La forma del aprendizaje condiciona las conexiones y configuración del órgano que “genera nuestra vida mental”. Entender esto es crucial para establecer un marco adecuado en el que padres y educadores puedan moverse. “Por ejemplo, hemos visto que la sobreprotección va en contra de la capacidad de resiliencia y que, por el contrario, la sensación de abandono va contra la capacidad de gestionar las situaciones de estrés y ansiedad. Entre estos extremos hay un punto intermedio”, reflexionó Bueno.
Para hacer entender la importancia del cómo, Bueno advirtió que “hay estrategias que parece que funciona a corto, pero tienen consecuencias desastrosas en el largo plazo”, en referencia a “pedagogías basadas en el miedo, en el temor, en la ridiculización. Puede parecer que estimulan, pero generan cambios en el cerebro que influyen muy negativamente en la personalidad de esos niños”.
JUEGO LIBRE
A lo largo de su participación en ‘Education Talks’, este especialista aludió repetidamente a la capacidad adaptativa del cerebro. “El cerebro aprovecha todos los cambios”, motivo por el que es útil proporcionar al niño un entorno rico en experiencias. En este punto, destacó el papel del juego, y, especialmente, del juego libre. “Se ha visto que los niños que tienen muchos ratos de juego libre ven favorecida su capacidad de gestionar estrés y ansiedad y de asumir riesgos de forma consciente hasta el punto en que ellos deseen”, dijo.
Si es útil que educadores y familias tengan en cuenta las evidencias que aporta la neuroeducación es porque hay margen de maniobra para que el entorno pueda influir positivamente en el desarrollo del cerebro. “En promedio la mayor parte de las características cognitivas tienen una heredabilidad que oscila entre el 35 y el 60/70%. Lo importante es que ninguna llega al cien por cien y el resto es el ambiente, que puede potenciar o mutilar toda esta capacidad genética”, afirmó Bueno.
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