MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
Científicos han descubierto y han dado nombre una nueva especie de arbusto en los valles andinos secos de Perú y Ecuador en un estudio dirigido por el Real Jardín Botánico (RJB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Se trata de la ‘Croton maranonensis’, que pertenece a las Euforbiáceas, la misma familia de la yuca comestible y el ricino.
Según la investigación, es un arbusto muy abundante en su hábitat natural a lo largo del valle del río Marañón (Perú), y en zonas áridas similares del sur de Ecuador. El nombre de la especie está dedicado al Valle seco del Río Marañón, en el que se encuentran las poblaciones más grandes de ‘Croton maranonensis’. En el estudio, que acaba de ser publicado en la revista ‘European Journal of Taxonomy’, han participado científicos del RJC con varias universidades y centros de investigación de España, Perú, Ecuador, Brasil y Reino Unido.
Para confirmar la posición de ‘Croton maranonensis’ como un linaje independiente entre sus parientes más próximos, los científicos realizaron un análisis filogenético molecular. Tal y como ha explicado Juan Martín-Muñoz, investigador en formación en el RJB y primer autor del estudio, “este análisis junto con un estudio morfológico nos permitió apoyar la hipótesis de que los especímenes recolectados en los valles secos de los Andes de Ecuador y Perú pertenecían en efecto a una especie hasta ahora desconocida para la ciencia”.
El RJB ha informado de que la primera muestra botánica de la especie fue recolectada en campo hace casi un siglo y medio. “Esto corrobora algo ya observado en estudios de biodiversidad: algunas especies aún desconocidas por la humanidad yacen en los herbarios y museos durante décadas, ‘esperando’ para ser estudiadas y nombradas por los científicos”, ha señalado la investigadora del RJB-CSIC Ricarda Riina, que ha liderado y coordinado este estudio.
En este sentido, el organismo ha recordado que en las últimas décadas se han descrito anualmente unas 2000 especies nuevas de plantas con semillas, una tendencia que a su juicio sugiere que aún queda una porción significativa de la biodiversidad del planeta por descubrir y nombrar.
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