MADRID, 14 (Portaltic/EP)
Este lunes 14 de octubre se cumplen 25 años del lanzamiento en el mercado europeo de la última consola de Sega, Dreamcast, que apenas se comercializó durante un año y medio y que, a pesar de sus novedosas características como las funcionalidades ‘online’ impulsadas por un módem integrado, fue desbancada por PlayStation 2.
Dreamcast es la quinta plataforma de sobremesa producida por Sega, que la desarrolló junto con Hitachi y Microsoft. El dispositivo empleaba una CPU de 32 bits con procesador de SH4 de Hitachi, un procesador gráfico NEC PowerVR2 de 128 bits, un lector de CD-ROM -diseñado por Yamaha como soporte para los juegos de esta videoconsola- y sistema operativo Windows CE.
Además, esta consola lanzada en color blanco contaba con un complemento destacado, una tarjeta de memoria con pantalla LCD, denominada Visual Memory Unit (VMU). En ella se podían almacenar los resultados de las partidas y con ella se podían jugar a minijuegos, como si se tratase de una consola portátil.
La que fue la última plataforma de Sega también incluía una novedad muy aplaudida en su momento y que hoy es habitual en este tipo de dispositivos: se podía conectar a internet, ya que contaba con un módem de 56Kbps integrado.
Gracias a eso, los jugadores podían establecer conexión con otros y participar en foros y chats, así como descargar juegos ‘online’ a través de una plataforma dedicada y gratuita, Dreamarena, que proporcionó servicio para títulos como Phantasy Star Online o Worms World Party, entre otros.
La consola se lanzó de forma gradual y con la disponibilidad de diferentes videojuegos según la región. Primero, llegó a Japón el 27 de noviembre de 1998, con cuatro juegos disponibles, entre los que se encontraba Sonic Adventure, el primer juego en 3D de la serie Sonic the Hedgehog, de Sega.
Después, aterrizó en Estados Unidos, el 9 de septiembre de 1999. Allí se presentó con 18 títulos, entre los que figuraban Soulcalibur y The House of the Dead 2. A Europa, en cambio, no llegó hasta el 14 de octubre, y con el tiempo se fueron publicando más títulos para la plataforma, como Crazy Taxi o Resident Evil-Code: Veronica.
En el momento de su lanzamiento, el director gerente de la marca era Hidekazu Yukawa, que se convirtió en el protagonista de la promoción de este dispositivo y quien tuvo que defenderlo frente a competidores como Sony.
Por entonces, Sega estaba sumida en una crisis financiera derivada de las malas ventas de su antecesora, Saturn -que también había registrado un alto coste de fabricación-, y había registrado una cuota menor en el mercado de las consolas Sega Saturn ante el auge de la primera PlayStation.
ÉXITO TRAS LA MALA FAMA DE SATURN, SU PREDECESORA
Sega Saturn, lanzada en 1994, fue una videoconsola de quinta generación con CD-ROM que podía manejar gráficos en tres dimensiones, pero contaba con una arquitectura de doble procesador que dificultaba la programación de juegos. Debido a ello, también era más costosa su fabricación.
Este fue otro de los motivos por los que el fabricante decidió utilizar en Dreamcast componentes externos procedentes de los juegos de PC, que le permitieron abaratar su producto, así como impulsar diferentes kits de desarrollo de ‘software’, a fin de animar a los desarrolladores a programar para su consola.
Tras una aceptable recepción en el mercado nipón, se vendió más barata en Estados Unidos para atraer más compradores. A pesar de haber funcionado bien, ya que se calcula que vendió más de 500.00 unidades en las dos primeras semanas de lanzamiento solo en este país, tal y como recuerda TechSpot, la opción de ofrecerla a un precio más asequible no fue consensuada por la propia Sega.
El director ejecutivo de la marca en América, Bernie Stolar, tomó esta decisión por su cuenta y riesgo. Concretamente, anunció una oferta de lanzamiento en dicho país de 199 dólares (unos 182 euros), frente a los 249 dólares (227 euros al cambio actual) que Sega tenía previsto desde un principio. Debido a eso, la matriz japonesa lo cesó.
En cualquier caso, gracias a este gesto se logró ampliar el número de ventas fuera de Japón, un éxito que se extendió al resto de Europa, donde se lograron vender unas 400.000 unidades en aproximadamente cinco semanas.
Sin embargo, Dreamcast nunca pudo superar la demana del producto de Sony, PlayStation. Con el lanzamiento de la segunda iteración de esta consola, editoras como Electronic Arts, que había apoyado a Sega Saturn, se enfocaron en el desarrollo de videojuegos para esta otra plataforma porque ofrecía mejores capacidades técnicas. Esto redujo la oferta de videojuegos disponibles para Dreamcast, tal y como afirma Sega Retro.
De esa manera, tan solo unos meses después de la puesta a la venta de PlayStation 2, Sega anunció la descontinuación de su consola Dreamcast a partir del 31 de marzo de 2001. Esto también fue resultado de un cambio en la dirección de Sega, destinado a reorientar su estrategia empresarial.
El que entonces era su presidente, Shoichiro Irimajiri, presentó su dimisión en mayo del año 2000 y fue sustituido por el fundador de CSK Holdings Corporation, Isao Okawa, que consideraba que la compañía debía abandonar el mercado del ‘hardware’ debido a su historial de fracasos, ya que las expansiones de otro de sus modelos Mega Drive, no tampoco registraron ventas significativas.
Con el anuncio del cese de producción de Dreamcast, por tanto, la marca confirmó sus planes de reconvertirse en desarrolladora de videojuegos en exclusiva. Por entonces, ya se habían registrado más de 9 millones de ventas de Dreamcast y, con el fin de su comercialización, se lanzaron nuevos títulos. Entre ellos, Sonic Adventure 2 y Shenmue II. Los servidores de juego, por su parte, se mantuvieron en activo hasta 2003 y el soporte técnico de la plataforma cesó cuatro años más tarde.
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