MADRID, 12 (SERVIMEDIA)
El planeta Saturno también tiene tormentas de larga duración con impactos en las profundidades de la atmósfera que persisten durante siglos, al igual que Júpiter.
Así lo apunta un equipo de siete investigadores de instituciones de Australia o Estados Unidos en un estudio publicado en la revista ‘Science Advances’.
La tormenta más grande conocida del sistema solar es la Gran Mancha Roja, que se extiende por una superficie de Júpiter que englobaría más de dos veces el tamaño de la Tierra y ha decorado este planeta gigante durante cientos de años.
El nuevo estudio muestra que Saturno, aunque mucho más suaves y con menos colorido que Júpiter, también tiene megatormentas centenarias. El trabajo fue liderado por astrónomos de las universidades de California en Berkeley y de Michigan en Ann Arbor (Estados Unidos), quienes observaron las emisiones de radio de Saturno, que provienen de debajo de la superficie, y encontraron interrupciones a largo plazo en la distribución de amoníaco.
Las megatormentas ocurren cada 20 a 30 años en Saturno y son similares a los huracanes en la Tierra, aunque significativamente más grandes. Pero, a diferencia de los huracanes terrestres, nadie sabe qué causa esos fenómenos en la atmósfera de Saturno, que está compuesta principalmente de hidrógeno y helio con trazas de metano, agua y amoníaco.
“Comprender los mecanismos de las tormentas más grandes del sistema solar coloca la teoría de los huracanes en un contexto cósmico más amplio, desafiando nuestro conocimiento actual y ampliando los límites de la meteorología terrestre”, apunta Cheng Li, profesor en la Universidad de Michigan.
GIGANTES GASEOSOS DIFERENTES
Por su parte, Imke de Pater, profesora emérita de astronomía y de ciencias terrestres y planetarias de la Universidad de California en Berkeley, ha estado estudiando gigantes gaseosos durante más de cuatro décadas para comprender mejor su composición y lo que los hace únicos.
Pater, Li y Chris Moeckel, también de la Universidad de California en Berkeley, encontraron algo sorprendente en las emisiones de radio de Saturno: anomalías en la concentración de gas amoníaco en la atmósfera, que conectaron con las ocurrencias pasadas de megatormentas en el hemisferio norte del planeta.
Según el equipo, la concentración de amoníaco es menor en altitudes medias, justo debajo de la capa superior de la nube de hielo de amoníaco, pero se ha enriquecido en altitudes más bajas. Creen que el amoníaco se transporta desde la atmósfera superior a la inferior a través de procesos de precipitación y reevaporación, lo que puede durar cientos de años.
El estudio revela además que, aunque tanto Saturno como Júpiter están hechos de gas hidrógeno, los dos gigantes gaseosos son notablemente diferentes.
Si bien Júpiter tiene anomalías troposféricas, se han vinculado a sus zonas (bandas blanquecinas) y cinturones (bandas oscuras), y no son causadas por tormentas como lo son en Saturno.
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