MADRID, 05 (SERVIMEDIA)
El Ministerio de Sanidad invertirá 8 millones de euros en el desarrollo del reglamento europeo de evaluación de tecnologías sanitarias y para ello aprobará antes de finales de año dos reales decretos que harán que la valoración sea “predictiva, transparente y participativa” y que todos los agentes interesados en el proceso tengan la “oportunidad de participar en el proceso”.
Así lo explicó el director general de la Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia del Ministerio de Sanidad, César Hernández, durante un Desayuno POP celebrado en Servimedia que abordó las consecuencias que tendrá en la mejora de la atención del paciente el nuevo reglamento europeo de evaluación de tecnologías sanitarias.
Esta regulación estará estrechamente ligada a dos reales decretos que el Ministerio de Sanidad tiene previsto sacar antes de finales de año. El primero ya está listo para ser aprobado “antes de verano” porque se encuentra en la fase final de tramitación, según detalló Hernández. Para esa fecha se espera que también exista “un texto del segundo para ser sometido a trámite de audiencia”.
El primer real decreto, que es el más avanzado, se refiere a la evaluación tecnologías sanitarias y tiene tres ideas principales para desarrollar. Primero, Sanidad buscará que sea “compatible” con la normativa de Europa sobre tecnología sanitaria, que es un ámbito “muy sofisticado”, e integrara a España en la nueva regulación. En segundo lugar, se delimitará “claramente” qué es la evaluación de la tecnología sanitaria y qué es la toma de decisiones, quienes participan en cada una y cómo ambas se complementan.
Hernández explicó, en tercer lugar, que el real decreto también buscará hacer “predictiva, transparente y participativa” la evaluación de tecnologías sanitarias. Es decir, que todos los agentes interesados en esta evaluación tengan la “oportunidad de participar en el proceso de innovación de tecnologías sanitarias”.
Este real decreto se desarrollará con una inversión de ocho millones de euros, que es una cantidad “no muy habitual” a nivel de la administración, y que se distribuirán a través de diferentes agentes sanitarios como, por ejemplo, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), entre otros. Junto a este real decreto, Sanidad está preparando otro real decreto sobre precios y financiación de medicamentos, que aún está en fase inicial de tramitación, pero cuyo texto para audiencia pública estará también “antes de verano”.
Sobre estas normativas, el profesor de la Universidad Carlos III y directivo de la Sociedad Profesional para la Investigación de Resultados y Economía de la Salud (Ispor) Jorge Maestre dijo que las leyes españolas son “clave” en el ámbito del desarrollo sanitario y “van a determinar si va a haber un cambio o no”. Asimismo, señaló que le preocupa la política industrial de la Comisión Europea porque “estamos perdiendo terreno”, ya que otros países se están llevando mucha “inversión global” para este ámbito de las tecnologías sanitarias.
EL PAPEL DE LOS PACIENTES
La presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), Carina Escobar, pidió durante el debate que la participación de los pacientes sea “considerada” en el proceso de evaluación de las tecnologías sanitarias. Su demanda es que tengan “peso” y “voz” para el que el procedimiento sea “eficiente y más ágil”, de manera que ayude a la toma de decisiones de adquisición de medicamentos y su financiación.
Escobar incidió en que los pacientes deben influir en la evaluación para que esta sea “transparente” y contribuir así a la toma de decisiones finales. En este aspecto, señaló que las asociaciones de pacientes tienen una labor “importante” porque aglutinan información de todo tipo sobre ellos y buscan mejorar los tiempos de los procesos de evaluación para, en consecuencia, mejorar los tiempos de acceso a los fármacos y/o tecnologías sanitarias en general.
La evaluación de las tecnologías sanitarias es un proceso extenso de valoración no sólo de los medicamentos, sino también de todo tipo de instrumentos usados para mejorar la salud de los pacientes. Actualmente se hace manualmente por parte de los sanitarios de cada ámbito de incidencia (farmacéuticos, médicos, clínicos, etc.).
Por esto, la presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, Cecilia Martínez, reclamó a las administraciones sanitarias en las diferentes comunidades autónomas que “se pongan las pilas” para invertir más en informatización y mejorar los sistemas de recogida de información de los pacientes. Además, de evaluar sus resultados en salud. Esto agilizaría el proceso de evaluación de las tecnologías.
Esta es una oportunidad “tremenda” para tener una visión de “qué es lo que realmente le pasa al paciente con las herramientas terapéuticas” que se usan y ver de qué manera un instrumento nuevo en el ámbito de la asistencia puede mejorarla. Este proceso de evaluación está ya regulado por la Unión Europea (UE), ya que este pasado enero entró en vigor un nuevo reglamento sobre evaluación de tecnologías sanitarias.
COLABORACIÓN
Del mismo modo, la colaboración entre todos los implicados para mejorar la evaluación de las tecnologías es una herramienta fundamental. La evaluadora de Posicionamiento Terapéutico de Medicamentos del Departamento de Medicamentos de Uso Humano de la Aemps María José del Pino sostuvo que para esta coordinación “hay que hacer un ejercicio de ser un sistema holístico” y hacerlo “dinámico”. También hizo hincapié en que para mejorar todos los procesos sanitarios, hará falta más formación “recursos capacitados”.
En este sentido, Del Pino aseveró que el aprendizaje “no llega por ciencia infusa”, sino que “se tiene que dar” y para ello “se necesita personal”. Esta reflexión también fue compartida por la responsable de Decisiones Basadas en la Evidencia del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud, Mª Soledad Isern de Val, que aseguró que, además de “personas cualificadas en determinadas materias”, es “necesario” que haya una estructura que “permita la incorporación de los pacientes” en la evaluación de las tecnologías.
En relación con esto, Isern de Val destacó que, puesto que “la evolución de tecnología sanitaria es desconocida para la ciudadanía”, hay que hacer que el paciente sea el “centro de la evolución” para así facilitar que la toma de decisiones y resultados estén enfocados “en su beneficio”.
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