MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Rusia ha tachado este viernes de “engaño” las declaraciones de Estados Unidos calificando de “legalmente inválida” la suspensión de Rusia de su participación en el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START).
Así lo ha expresado el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien ha afirmado que Washington necesita “renunciar a las fantasías vacías” sobre infligir una “derrota estratégica” a la Rusia si está interesada en reanudar el tratado, según ha recogido la agencia TASS.
“Consideramos esa acusación como un elemento de la actual campaña de propaganda política de Estados Unidos, cuyo propósito es obligar a Rusia a restaurar el régimen START y preservar la posibilidad de que Washington pueda ‘controlar’ sin obstáculos nuestro arsenal estratégico”, ha añadido el titular de la diplomacia rusa.
Las declaraciones de Lavrov tienen lugar un día después de que el Departamento de Estado estadounidense asegurara que la suspensión por parte de Rusia del START es “legalmente inválida”.
“El incumplimiento de Rusia con el Nuevo Tratado START y su supuesta suspensión del tratado son pasos desafortunados e irresponsables”, expresó en un comunicado el Departamento de Estado, señalando que el cumplimiento mutuo del tratado fortalece la seguridad mundial.
El Gobierno de Rusia anunció a finales de febrero que todos los intercambios de información en el marco del Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START) fueron suspendidos, en línea con la decisión por el presidente ruso, Vladimir Putin, de congelar la participación de Moscú en el pacto.
Washington y Moscú prorrogaron en 2021 el START por un plazo de cinco años. El tratado busca limitar el despliegue de armas nucleares de alcance intercontinental por ambas partes, permitiendo comprobaciones frecuentes de los programas de cada país por parte del contrario. El acuerdo permite a Washington y Moscú desplegar hasta 700 misiles balísticos intercontinentales y 1.550 cabezas nucleares en esos misiles.
Si se pone fin al tratado o expira sin una renovación, los arsenales nucleares de las dos mayores potencias nucleares del mundo no tendrían ninguna limitación por primera vez desde los años 70, en plena Guerra Fría, y ninguna de las partes podría controlar el arsenal del contrario.
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