MADRID, 26 (SERVIMEDIA)
El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, ha endurecido su ataque contra la jugadora de la selección española de fútbol femenino Jenni Hermoso, a la que sigue culpando del beso que le dio durante las celebraciones en la final del Mundial y contra quien anuncia “expedientes internos” y amenaza con “acciones legales” tras el comunicado conjunto de todas las jugadoras.
Rubiales lanzó esta noche un comunicado oficial en el que asegura que “los órganos competentes de la RFEF que están tramitando las denuncias presentadas ante la Federación han intentado contactar con Jennifer Hermoso habiendo resultado infructuoso en todo momento” y adelanta que la Federación piensa emprender “cuantas acciones legales correspondan en defensa de la honorabilidad” de su presidente.
Defiende que Rubiales explicó en la Asamblea General de la Federación “de una forma clara y sencilla cómo se produjeron los hechos que son motivo de conflictividad y escarnio por parte de amplios sectores de la sociedad”. Insiste en negar responsabilidad en lo ocurrido y proclama que “las opiniones se contrarrestan con hechos y con pruebas y las mentiras se rebaten en los juzgados”.
Rubiales considera que “se ha pasado una línea roja inasumible” y aporta en el comunicado cuatro fotos previas al beso de Rubiales a Hermoso para tratar de demostrar que “los hechos expuestos por el presidente son absolutamente ciertos y que no miente”.
Con la primera imagen, la Federación describe que “Jennifer Hermoso, con los brazos, agarra al presidente de la RFEF por la espalda, mientras que el presidente tiene los brazos sueltos en la parte superior de la espalda de la jugadora”. Por tanto, aduce que Rubiales “ninguna fuerza podía ejercer” dado que “tiene los talones de los pies ligeramente levantados”.
En la segunda foto asegura que “Jennifer Hermoso mantiene los brazos agarrando por la espalda” a Rubiales, mientras que él “mantiene los brazos en la parte superior del cuerpo de la jugadora” y “se comprueba cómo tiene ya los talones mucho mas elevados”.
La tercera instantánea dice constatar que “Hermoso sigue manteniendo los brazos en la misma posición del cuerpo del presidente mientras que el presidente debe acercar sus brazos a la espalda de la jugadora como fruto de que lo ha elevado del suelo y para mantener el equilibrio”.
Según la Federación, “resulta indiscutible la inclinación de la espalda de Jennifer Hermoso que se produce cuando está realizando una acción de fuerza”, mientras que “los pies del presidente están claramente y manifiestamente levantados del suelo como consecuencia de la acción de fuerza realizada por la jugadora”.
Por último, la cuarta imagen muestra a Hermoso “manteniendo los brazos en la misma posición del cuerpo del presidente mientras el presidente debe seguir agarrándose a la jugadoras para no caer y se constata de manera evidente que el arqueo del cuerpo de la jugadora se corresponde con la fuerza de elevación del presidente que está realizando”. “Los pies del presidente están ostensiblemente levantados del suelo fruto de la acción de la jugadora”.
Con todo ello, la Federación sostiene que “las pruebas son concluyentes” y que Rubiales “no ha mentido” en que Hermoso abrazó y elevó del suelo al presidente de la Federación tras recibir la medalla y antes de que él besara en la boca a la jugadora apretando la cabeza de la mujer con las dos manos contra su boca.
La Federación no enseña ninguna imagen ni vídeo del momento del beso ni de la supuesta conversación que Rubiales dijo haber mantenido en décimas de segundo con la jugadora para pedirle un “pico” y que ella respondiera “vale” antes de besarla, tal y como afirmó el presidente en su intervención pública del viernes ante la Asamblea General.
El comunicado advierte de que tanto la Federación como Rubiales “demostrarán cada una de las mentiras que se difundan ya sea por alguien en nombre de la jugadora o, si fuere el caso, por la propia jugadora” y anuncia “iniciar las acciones legales que corresponden” en respuesta a la nota de prensa del Sindicato Futpro en el que todas las jugadoras piden el cese de los directivos de la selección.
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