Blinken pide a Kigali que “cumpla sus compromisos” y “ponga fin a su apoyo al M23”
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Ruanda ha criticado al “errónea y desorientada” postura de la comunidad internacional respecto al conflicto en el este de República Democrática del Congo (RDC), en medio del repunte de las tensiones entre Kinshasa y Kigali tras las últimas ofensivas del grupo rebelde Movimiento 23 Marzo (M23).
El ministro de Exteriores ruandés, Vincent Biruta, ha confirmado una conversación entre el presidente del país, Paul Kagame, y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, tras lo que ha lamentado que “continúan las diferencias de entendimiento en torno al asunto”.
Blinken indicó tras la “productiva” conversación con Kagame que es necesario que haya “paz y seguridad en el este de RDC”. “Estados Unidos pide a Ruanda que cumpla sus compromisos en Luanda, incluido poner fin a su apoyo al M23”, destacó.
En el marco de una cumbre en la capital de Angola para avanzar en la normalización de las relaciones diplomáticas, RDC y Ruanda acordaron un alto el fuego, así como una retirada de M23 de las zonas recientemente conquistadas por el grupo rebelde en la provincia de Kivu Norte (este).
En respuesta, Biruta ha dicho en una serie de mensajes publicados en su cuenta en la red social Twitter que “la postura errónea y desorientada de la comunidad internacional sigue exacerbando el problema”, antes de subrayar que “una solución duradera requiere que se ponga la responsabilidad donde tiene que estar”.
Así, Biruta ha apuntado a “la disfuncionalidad del Gobierno de RDC y sus instituciones y su apoyo a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR)”, un grupo armado rebelde fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en el país africano.
El ministro de Exteriores ruandés ha apuntado además a “interferencias y dictados externos y esfuerzos regionales y continentales que sirven para proteger a RDC de rendir cuentas y les anima a no responder a los compromisos adquiridos en los procesos en marcha”.
Por otra parte, ha reiterado que “el M23 no debe ser equiparado a Ruanda”. “No es un problema que tenga que resolver Ruanda”, ha reseñado, al tiempo que ha incidido en que “las preocupaciones de seguridad de Ruanda deben ser abordadas y, si otros no se sienten obligados a ello, Ruanda seguirá haciéndolo por su parte”.
Las relaciones entre RDC y Ruanda han atravesado momentos de crisis desde la llegada masiva al este de RDC de hutus ruandeses acusados de haber masacrado a los tutsis durante el genocidio de Ruanda de 1994.
Las tensiones repuntaron en mayo, cuando el Gobierno congoleño convocó al embajador ruandés para denunciar el presunto apoyo del país al M23, algo rechazado por Kigali, que afirma por su parte que Kinshasa da apoyo a las FLDR para perpetrar ataques en Ruanda.
El M23 ha sido acusado desde noviembre de 2021 de llevar a cabo ataques contra posiciones del Ejército en Kivu Norte, a pesar de las autoridades congoleñas y el M23 firmaron en diciembre de 2013 un acuerdo de paz tras los combates registrados desde 2012 con el Ejército, que contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas. Expertos de la ONU acusaron a Uganda y a Ruanda de apoyar a los rebeldes, si bien ambos países lo negaron.
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