MADRID, 29 (SERVIMEDIA)
Científicos del Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano (Estados Unidos) descubrieron en el asteroide Bennu restos de salmuera antigua (residuo salado) que contienen minerales cruciales para la vida nunca observados en muestras de asteroides.
Según informó el museo, el descubrimiento sugiere que las salmueras extraterrestres proporcionaron un entorno crucial para el desarrollo de compuestos orgánicos. El trabajo de los investigadores, publicado en la revista ‘Nature’, revela que el agua evaporada dejó un caldo salino donde las sales y los minerales permitieron que los ingredientes elementales de la vida se entremezclaran y crearan estructuras más complejas.
Los científicos describen una secuencia de minerales evaporados que datan de la formación temprana del sistema solar. La variedad de minerales incluye compuestos que nunca se han observado en otras muestras extraterrestres. Actualmente, “sabemos gracias a Bennu que los ingredientes básicos de la vida se combinaban de manera realmente interesante y compleja en el cuerpo progenitor de Bennu”, dijo el curador de meteoritos del museo y coautor principal del artículo Tim McCoy.
Además, afirmó que han descubierto el “siguiente paso en el camino hacia la vida”. El asteroide progenitor de Bennu, que se formó hace unos 4.500 millones de años, parece haber albergado bolsas de agua líquida. Los nuevos hallazgos indican que el agua se evaporó y dejó atrás salmueras que se parecen a las costras saladas de los lechos secos de los lagos de la Tierra.
Bennu intrigó a los investigadores debido a su órbita cercana a la Tierra y su composición rica en carbono. Los científicos postularon que el asteroide contenía rastros de agua y moléculas orgánicas y teorizaron que asteroides similares podrían haber traído estos materiales a una Tierra primigenia.
En 2020, la sonda espacial Osiris-Rex de la NASA recogió muestras de Bennu, convirtiéndose en la primera misión espacial estadounidense en recoger una muestra de la superficie de un asteroide En 2023, Osiris-REx pasó por la Tierra, dejó caer una cápsula que contenía las muestras de Bennu y la cápsula aterrizó en el desierto de Utah y los científicos la recogieron para proteger las muestras en su interior de la contaminación terrestre.
En total, Osiris-REx recolectó alrededor de 120 gramos de material, que es, aproximadamente, el peso de una pastilla de jabón y el doble de la cantidad requerida para la misión. Las muestras se dividieron y se prestaron a investigadores de todo el mundo para su análisis. Entre ellos, la mineralogista cósmica del Museo de Historia Natural de Londres y también coautora principal del trabajao Sara Russell.
Russell afirmó que fue “un placer absoluto” participar en esta misión para intentar “responder a una de las preguntas más importantes de la humanidad: cómo comenzó la vida”.
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