MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
La Casa Real británica ha desvelado el monograma que acompañará el reinado de Carlos III y que se exhibirá en todo tipo de elementos, desde documentos a edificios, en un primer hito simbólico para el nuevo monarca, cuyo rostro también aparecerá próximamente en monedas y billetes.
El Colegio de Armas expuso al rey una serie de diseños y finalmente Carlos III optó por uno que combina la inicial de su nombre con la ‘R’ del término latín ‘rex’. Las dos letras aparecen solapadas y, en el centro, el III que acompaña la denominación formal del hijo mayor de Isabel II.
En un primer momento, el nuevo sello se estrenará este martes en los primeros documentos que emita el Palacio de Buckingham una vez concluido el luto oficial de la familia real por el fallecimiento de la anterior reina, aunque la idea es que poco a poco vaya ganando protagonismo y se incorpore a uniformes y buzones, entre otros elementos.
En el caso de los buzones, no se prevé un cambio repentino y, de hecho, aún hay algunos con simbología de reinados previos a Isabel II, incluso de la reina Victoria. Casi 70.000, el 60 por ciento del total, corresponden al reinado que concluyó el 8 de septiembre con la muerte de la anterior monarca, informa la BBC.
Por otra parte, el Banco de Inglaterra prevé que las nuevas divisas con el rostro de Isabel II entren en circulación a mediados de 2024, si bien la imagen que aparecerá se hará pública este mismo año. No habrá un cambio generalizado de monedas y billetes, sino que se fabricarán los nuevos ejemplares en función de las necesidades que marquen las autoridades financieras.
El Banco de Inglaterra ya avisó el mismo día en que falleció Isabel II que el cambio de monarca no dejaba sin validez las monedas y billetes en circulación. No en vano, se estima que circulan unos 27.000 millones de monedas con el rostro de la madre de Carlos III, por lo que convivirán los distintos modelos durante años.
Siguiendo con la tradición, y a falta de conocer el diseño final de las monedas, Carlos III mirará en las divisas en el sentido contrario al que lo hacía Isabel II.
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