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MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
El jefe del Departamento de la Unidad Integral de Cardiología del Hospital Universitario La Luz, el doctor Roberto Martín Reyes, señala que es recomendable medir los niveles de lipoproteína (a) “en pacientes con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares para un análisis más completo del riesgo”.
El valor normal de la lipoproteína (a), según el doctor, se considera por debajo de 50 mg/dL, y su medición resulta clave tanto en la prevención primaria como secundaria de enfermedades cardiovasculares.
La lipoproteína (a) se sintetiza a nivel hepático y su concentración está determinada principalmente por factores genéticos, lo que limita el impacto de cambios en el estilo de vida, como la dieta y el ejercicio, en sus niveles, según explica.
Además, se trata de un factor modificador del riesgo cardiovascular. “Un aumento de más de 10 mg/dL incrementa el riesgo de infarto en más de un 10 por ciento. Además, niveles superiores a 90 mg/dL triplican el riesgo de padecer estenosis aórtica significativa”, explica el especialista.
Este biomarcador se relaciona con diversas enfermedades cardiovasculares, incluyendo la aterosclerosis, la enfermedad valvular aórtica y la enfermedad vascular periférica. Además, algunos estudios sugieren su posible relación con la insuficiencia cardíaca y la fibrilación auricular.
Por otro lado, algunas sociedades científicas internacionales destacan que la lipoproteína (a) puede modificar el riesgo cardiovascular calculado en pacientes con niveles elevados, aumentando entre 1,5 y 3 veces la probabilidad de eventos cardiovasculares.
En cuanto al tratamiento, en la actualidad no existe un fármaco específico en el mercado para reducir los niveles de lipoproteína (a). “Algunos inhibidores de la PCSK9 han mostrado un impacto limitado en la reducción de estos niveles”, indica el cardiólogo.
Por último, concluye afirmando que ya se han iniciado cinco estudios que podrían contribuir a disminuir la lipoproteína (a) y reducir el riesgo cardiovascular asociado.
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