MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
El grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) ha ocupado de nuevo este martes la ciudad congoleña de Mweso, en la provincia Kivu Norte, situada en el este de República Democrática del Congo (RDC) tras violentos combates con el Ejército a pesar de los esfuerzos para impulsar un proceso de conversaciones.
Los habitantes de la ciudad han tenido que abandonar otra vez sus hogares, a los que habían vuelto el pasado 13 de marzo después de que M23 se retirara a otras posiciones, según ha publicado la emisora Radio Okapi. Tras la retirada de Mweso, el M23 mantuvo otras “posiciones estratégicas” en Bashali Mokoto, desde donde ocuparon Mpati y Kibuye, además de avanzar en otras direcciones como Masha o Kasiza.
Además, los mismos civiles de Mweso denunciaron intentos de extorsión por parte de M23 aprovechando la disminución de sus enfrentamientos contra el Ejército debido a la entrada en vigor de un alto el fuego que ambas partes se acusaron de no respetar.
Por su parte, el grupo rebelde ha resaltado en su cuenta en la red social Twitter que “las fuerzas del Gobierno de Kinshasa, en violación del alto el fuego, atacaron posiciones en Muhongozi”. “El M23 se ha defendido de forma profesional y ha liberado Mweso”, ha recalcado, sin dar más detalles al respecto.
Hasta el momento no han trascendido detalles sobre posibles víctimas en los enfrentamientos, ya sea entre el Ejército y el M23 o entre la población civil. Kinshasa y el grupo rebelde se han acusado en varias ocasiones de violar el alto el fuego en la zona.
El M23 es un grupo rebelde formado principalmente por tutsis congoleños y que opera principalmente en la provincia de Kivu Norte. Tras un conflicto entre 2012 y 2013, República Democrática del Congo (RDC) y el grupo firmaron en diciembre un acuerdo de paz. En dichos combates, el Ejército de RDC contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.
El grupo lanzó una nueva ofensiva en octubre de 2022, recrudecida a partir de noviembre, lo que ha provocado una crisis diplomática entre RDC y Ruanda por su papel en el conflicto. Expertos de la ONU apuntaron en diciembre a la existencia de “pruebas sustanciales” sobre una “intervención directa” del Ejército ruandés en el conflicto.
Igualmente, destacaron una colusión entre el Ejército congoleño y varios grupos armados, incluidas las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) y los mai-mai, para combatir al M23, incluida la propuesta de grupos armados de “movilizar a 600 combatientes” para reforzar las filas de las Fuerzas Armadas.
Ruanda ha acusado a RDC de “sabotear” la paz y de apoyar a las FDLR –un grupo armado rebelde fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en Ruanda– y de utilizar a las milicias mai-mai –milicias nacionalistas congoleñas formadas para defender su territorio tribal frente a los numerosos grupos rebeldes activos desde los noventa– en el marco del conflicto. Asimismo, ha denunciado discriminación y actos de odio contra la minoría tutsi en el país vecino.
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