La votación, que contará con un despliegue de seguridad del Grupo Wagner, podría derivar en el fin del límite de mandatos en la Presidencia
MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
La población de República Centroafricana (RCA) está llamada a las urnas este domingo para un referéndum constitucional que podría permitir al presidente, Faustin-Archange Touadéra, optar a un tercer mandato al frente del país, una votación que estará marcada por el boicot convocado por la oposición, muy crítica con el proyecto.
El referéndum tendrá lugar tras años de esfuerzos por parte de Touadéra para sacar adelante la propuesta, que se encontró en septiembre de 2020 con la oposición de la presidenta del Tribunal Constitucional, Daniéle Darlan, quien afirmó que era anticonstitucional, especialmente por la cláusula referida a la retirada del límite del número de mandatos presidenciales, actualmente fijado en dos.
Este punto ha sido también uno de los más criticados por la oposición, que considera que Touadéra busca mantenerse en el poder a través de un “golpe institucional”. El borrador de Constitución contempla además la prohibición a personas con doble nacionalidad a concurrir a las elecciones presidenciales.
Por otra parte, Darlan anunció en septiembre de 2022 –antes de ser apartada del organismo– que la comisión creada para redactar las reformas quedaba suspendida tras determinar que los decretos del presidente para crearla eran igualmente “anticonstitucionales”. En respuesta, fuentes del Frente Republicano de Touadéra llegaron a hablar de “traición contra la voluntad popular”, mientras que la oposición aplaudió la medida y se posicionó a favor de la convocatoria de manifestaciones después de que las autoridades siguieran adelante con sus planes.
Estas preocupaciones han derivado durante las últimas semanas en protestas contra los planes de cambios en la Constitución, incluida una marcha celebrada el 14 de julio en la capital, Bangui, en medio de un despliegue de las fuerzas de seguridad y de la Misión Multidimensional Integrada de Naciones Unidas para la Estabilización en RCA (MINUSCA).
Por ello, el Bloque Republicano para la Defensa de la Constitución (BRDC), que aglutina a diversos partidos y organizaciones civiles, ha optado por un boicot, argumentando además que no confía en que la votación vaya a ser limpia y dando por segura la victoria de la opción preferida por Touadéra.
Además, los últimos días de campaña han estado marcados por el “secuestro” de Serge Gbayombo, portavoz del ex primer ministro Anicet Georges Dologuélé y miembro de la BRDC, que denunció en un comunicado que fue raptado por “tres elementos de la Guardia Presidencial” que irrumpieron en su vivienda para “reprocharle su campaña a favor del boicot”.
Por su parte, la relatora independiente sobre la situación de Derechos Humanos en RCA, Yao Agbetse, recalcó en junio que “el Estado centroafricano debe usar todos los medios posibles para garantizar que el referéndum no deriva en más violaciones de los Derechos Humanos”.
“Dado el alcance del proyecto de referéndum lo que está en juego y su impacto sobre el presente y el futuro de RCA, una postura de participación es esencial”, dijo, antes de incidir en que “las autoridades deben hacer lo posible para garantizar que las posiciones expresadas por las voces opositoras son escuchadas y tenidas en cuenta”.
“A menos que los objetivos de las nuevas propuestas constitucionales sean claramente explicadas y entendidas, este referéndum podría complicar una situación de Derechos Humanos que ya es extremadamente compleja”, manifestó.
LA FIGURA DE TOUADÉRA
Touadéra, de 66 años, es un académico y doctorado en Matemáticas que fue nombrado en enero de 2008 como primer ministro del entonces presidente, François Bozizé (2003-2013), a raíz de la dimisión de Élie Doté. Si bien su gobierno fue disuelto un año después tras un proceso de diálogo nacional, volvió a ser nombrado primer ministro al frente de un gobierno de unidad nacional.
Tras ello, se mantuvo en el cargo hasta enero de 2013, cuando fue cesado en el marco de un acuerdo alcanzado por el Ejecutivo y la coalición rebelde Séléka, integrada principalmente por musulmanes, que contemplaba que el primer ministro fuera nombrado por la oposición, que nombró a Nicolas Tiangaye.
El acuerdo fue alcanzado después de un levantamiento protagonizado en diciembre de 2012 por Séléka, que denunciaba que Bozizé no estaba cumpliendo con los acuerdos de paz de 2007. Apenas un mes después de cesar a Touadéra, el entonces presidente huyó a Camerún tras un ataque de los rebeldes contra la capital que les permitió hacerse con el Palacio Presidencial.
Después de su salida del cargo y en pleno proceso de transición tras el acuerdo de paz con los rebeldes, el político anunció su intención de presentarse como candidato independiente a las presidenciales de diciembre 2015, en las que quedó en segundo lugar –por detrás de Dologuélé–, si bien se hizo con la victoria en la segunda vuelta celebrada en febrero de 2016 tras recabar el respaldo del resto de candidatos.
Posteriormente, se presentó a la reelección en las elecciones de 2020, marcadas por las denuncias de fraude por parte de la oposición y el inicio de una ofensiva militar por parte de la Coalición Patriotas por el Cambio (CPC) tras la eliminación de la candidatura de Bozizé, quien había regresado poco antes al país.
Ante el empeoramiento de la situación de seguridad, Touadéra protagonizó un acercamiento a Rusia, que envió asesores militares a los que se sumaron posteriormente mercenarios del Grupo Wagner para reforzar las ofensivas contra la CPC después de que los rebeldes –entre los que figuran grupos firmantes del acuerdo de paz de 2013– llegaran a los alrededores de Bangui.
De hecho, RCA ha sido uno de los ejemplos del aumento del peso de Rusia en el continente durante los últimos años y el propio Touadéra se ha reunido esta semana en San Petersburgo con el jefe del Grupo Wagner, Yevgeni Prighozin, en el marco de la cumbre Rusia-África. La empresa privada ha anunciado además el envío de refuerzos para garantizar la seguridad durante el referéndum.
CRISIS HUMANITARIA
El país ha estado marcado por décadas de inseguridad desde que obtuvo su independencia de Francia en 1960, incluidos seis golpes de Estado, y en la actualidad hay zonas del norte que siguen sometidas a ataques por parte de la CPC, si bien la situación de seguridad ha mejorado de forma sensible durante los últimos años.
Asimismo, fue escenario de un repunte de las tensiones intercomunitarias a raíz del golpe de Séléka en 2013 –que llevó al poder a su líder, Michael Djotodia–, debido al surgimiento de las conocidas como milicias ‘anti balaka’, de mayoría cristiana y responsables igualmente de abusos de los Derechos Humanos. A pesar de que Djotodia ordenó la disolución de Séléka, diversas disidencias siguieron activas y, pese a las expectativas de paz tras la victoria de Touadéra en 2016, la situación sigue siendo inestable en algunas áreas.
Según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el país cuenta con “uno de los mayores porcentajes de personas en situación de inseguridad alimentaria crítica en el mundo”. Así, 3,4 millones de los 6,1 millones de habitantes necesitan ayuda humanitaria, incluidos tres millones en situación de inseguridad alimentaria. Un sondeo en abril determinó que hay necesidades importantes en caso todos los sectores, especialmente en protección, sanidad, seguridad alimentaria, nutrición, agua, higiene y saneamiento.
A pesar de ello, las organizaciones humanitarias hacen frente a dificultades de acceso por la inseguridad, mientras que de los 533,3 millones de dólares (cerca de 485,5 millones de euros) requeridos por la ONU para financiar la respuesta sólo se han recabado 176,3 millones de dólares (unos 160,5 millones de euros), lo que supone un tercio del total.
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