MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha hecho un llamamiento a los líderes de Armenia y Azerbaiyán para que pongan fin a las hostilidades en la región de Nagorno Karabaj, un enfrentamiento que se prolonga ya desde hace “décadas” y en el que, dice, todos coinciden que debe acabar.
El mandatario ruso ha mantenido este lunes una reunión de cerca de dos horas con el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, en la que le ha trasladado esta necesidad, a lo que el líder armenio ha resaltado la importancia de la retirada de tropas azeríes de la zona de tensiones.
Pashinián ha reconocido a Putin que para Ereván este sería un paso importante y que espera que Moscú tenga una posición clara al respecto. Asimismo, ha asegurado que Armenia está en condiciones de restablecer el diálogo con Azerbaiyán en cualquier momento, según recoge la agencia rusa TASS.
Tras el encuentro cara a cara de Putin y Pashinián, el mandatario ruso se prepara ahora para hacer lo propio con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev. Más tarde, los tres líderes mantendrán una reunión a tres bandas en la que el principal asunto de conversación será la forma de rebajar las tensiones en Nagorno Karabaj.
“Sé que tienen la voluntad política para esto y lo apoyamos de todas las formas posibles. Debemos trabajar con ellos ahora y luego en un formato trilateral para encontrar puntos clave que nos permitan avanzar”, ha señalado el presidente Putin.
Los gobiernos de Armenia y Azerbaiyán acordaron a mediados de septiembre un alto el fuego tras los últimos enfrentamientos en la frontera, que se saldaron con más de 200 soldados muertos entre los dos bandos.
Armenia y Azerbaiyán protagonizaron un enfrentamiento en 2020 por hacerse con el control de Nagorno Karabaj, un territorio con población mayoritariamente armenia que es foco de conflicto desde que decidiera separarse en 1988 de la región de Azerbaiyán integrada en la Unión Soviética.
Las hostilidades entre ambas naciones se prolongaron durante seis semanas y dejaron miles de muertos. Finalmente cesaron cuando los dos países alcanzaron un acuerdo sobre el alto el fuego con la mediación de Rusia, por el que se permitía que las fuerzas de paz rusas se establecieran en Nagorno Karabaj por un periodo de cinco años.
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